El virus de la hepatitis B es uno de los que más capacidad de infección poseen. ten. Puede transmitirse por vía sexual, por el embarazo y de manera parenteral (con agujas y jeringas). Y si bien en la mayoría de los casos se presenta como una infección aguda con recuperación espontánea, de acuerdo al último documento sobre actualizaciones en sida e infectología publicado por Fundación Huésped, puede evolucionar con una forma fulminante o como hepatitis crónica.
Según la publicación, su tratamiento es muy dificultoso, por lo que los especialistas consideran que la mejor estrategia es la vacunación. En Argentina, esta vacuna se incorporó al calendario nacional hace tan sólo 20 años, por lo que la prevalencia en adultos de más de 20 y hasta 59 años sigue en ascenso. Sin embargo, de acuerdo al jefe de Hepatología del Hospital Central y director médico de HIGEA, Roberto Pérez Ravier (MP 5779 – MN 89138), en los jóvenes que fueron vacunados desde el año 2000, son pocos los casos de Hepatitis B.
“El impacto es tal, al prevenir hepatitis aguda y crónica por virus B, que se puede considerar una vacuna anti neoplásica (que impide el desarrollo, crecimiento o proliferación de células tumorales malignas), ya que la infección crónica por este virus al igual que otras enfermedades que afectan al hígado evolucionan a cirrosis y cáncer hepático”, señaló el profesional.
Además, según el escrito citado más arriba, si bien el nivel de anticuerpos decrece con el tiempo, un eventual contacto con el virus estimula un fenómeno de memoria inmunológica, por lo que no son necesarios los controles periódicos ni las revacunaciones en la población que no conforma los grupos de riesgo: “Solo en algunas personas con riesgo continuo de infección o inmunosupresión (p. ej., pacientes hemodializados o personas con infección por VIH), debe evaluarse la necesidad de controles anuales de la respuesta inmune, aplicando una dosis de refuerzo si la concentración de antiHBs fuera menor de 10 mUI/ml”.
Se calcula que la duración de los anticuerpos contra esta enfermedad es de unos 10 años, por ello la importancia de los refuerzos. Pero también, según los especialistas, es importante saber que esta vacuna es de carácter gratuito y que puede colocarse en cualquier momento de la vida, por lo que promueven esta estrategia en conjunto con algunos cuidados adicionales: “Además de la vacunación, siempre es importante en las poblaciones de riesgo tener cuidados adicionales. Básicamente el uso de protección sexual de barrera (preservativo) en todo tipo de relaciones (vaginal, anal y oral); en adictos, evitar compartir agujas, jeringas y canutos para inhalación; no compartir elementos de uso personal (máquinas de afeitar, cepillos de dientes, etc.)”.
Los grupos en riesgo para los cuales está recomendada la inmunización en el escrito son: hemodializados, politransfundidos, pacientes con hepatopatías crónicas, personas privadas de la libertad y personal de cárceles, hombres que tienen sexo con hombres y heterosexuales con relaciones no monogámicas, usuarios de drogas endovenosas, personas viviendo con VIH/sida y convivientes y parejas de portadores de hepatitis B.
Tratamiento
De acuerdo a Pérez Ravier, el tratamiento de la hepatitis B depende de la situación clínica y viral, pero es importante destacar que hay tratamiento con antivirales que son por vía oral, con buena tolerancia y respuesta, logrando el objetivo primario que es detener la circulación en sangre del virus y con ello evitar el daño que produce en el hígado.
Así mismo, según el sitio Medline Plus, si se presenta insuficiencia hepática se puede considerar un trasplante de hígado: “El trasplante de hígado es la única cura en algunos casos de insuficiencia hepática”.
Otras medidas que recomienda la web son evitar el alcohol, consultar con el médico antes de tomar cualquier medicamento de venta libre o suplemento natural. Esto incluye medicamentos como acetaminofén, ácido acetilsalicílico (aspirina) o ibuprofeno.