El cáncer de piel está, en mayor medida, relacionado con la radiación ultravioleta. Por la penetración de los rayos, las células de la piel se van dañando, y frente a muchos años de exposición pueden mutar en cáncer de piel. En la Argentina, 9 de cada 10 personas desarrollan este cáncer debido a la falta de protección frente al sol, número preocupante si se tiene en cuenta que muchos de los adultos mayores trabajaron en el campo durante años, y que actualmente lo siguen haciendo muchas personas, algunas sin ningún cuidado.
De acuerdo con Adriana Senarega, dermatóloga y miembro del staff del Hospital Santa Isabel de Hungría (Mat. 11988), si se suma a lo anterior la latitud, aumenta el riesgo del cáncer de piel, así como si se tiene antecedentes de haber tenido cáncer de piel: “Por ejemplo, la incidencia de cáncer espinocelular se duplica cada diez grados de disminución de latitud. Esto quiere decir que mientras más cerca se está del Ecuador, se aumenta más el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Y si se ha tenido cáncer de piel, como el espinocelular, aumenta un 55% el riesgo a padecer otro cáncer de piel”.
Como otros factores de riesgo importantes, la doctora mencionó la exposición a rayos x, a rayos gama (radiaciones ionizantes), al arsénico (aplicado en industrias, en agricultura, en medicina), a los hidrocarburos aeromáticos, al color de la piel, a los ojos claros, al pelo rubio o pelirrojo y al factor genético (este último con más probabilidad de un melanoma).
En cuanto a la edad en que se manifiesta la enfermedad, la profesional explicó que dependerá del tipo de cáncer de piel que se padezca: “Existen tres tipos de cáncer de piel: carcinoma basocelular, que se suele manifestar como una lesión duro-elástica en una zona de la piel expuesta al sol (en la cara fundamentalmente), que muchas veces se ulcera y presenta vasos sanguíneos en la piel (pequeñas líneas rojas, como venitas); carcinoma espinocelular, el más frecuente, se suele presentar en cabeza, cuello, manos, piernas (en mujeres) y se suele presentar como una lesión erosionada que puede tener escamas y que se agranda a lo largo del tiempo; y melanoma, que es el de mayor malignidad y se manifiesta con lesiones pigmentadas (marrones o negras), que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo aunque no sea una zona expuesta y que crece rápidamente como si fuera un lunar (asimétrico, con más de un color, mayor a 6 mm de diámetro y que evoluciona cada 6 meses). Los carcinomas espinocelulares comienzan a aparecer a partir de los 40-50 años, a medida que la persona envejece, y el melanoma puede aparecer en cualquier edad, sobre todo a partir de la adolescencia o juventud”. Finalmente, según el sitio virtual de Clínica Mayo, el carcinoma basocelular tarda décadas en desarrollarse, pero pude afectar a jóvenes de entre 20 y 30 años en adelante.
Tener lesiones vistosas: ¿Implica un estado avanzado del cáncer?
Interrogada sobre lo que indica una lesión de tipo tumorosa en la piel, la dermatóloga manifestó que no necesariamente señalan que el cáncer está avanzado y que, por el contrario, hay lesiones muy pequeñas, como las del cáncer tipo melanoma, que pueden manifestarse en un estadio avanzado de la enfermedad: “Eso dependerá de la malignidad del tumor primario. Lo importante es que, si se ve una lesión, hay que consultar y mantener la conducta de ir una vez al año al dermatólogo para un tratamiento temprano”.
¿Pueden curarse estas lesiones en adultos mayores?
Para concluir, la especialista contó que las posibilidades de una cura dependen del estadío de la enfermedad y del momento en que se realiza el diagnóstico, pero expresó que todos tienen tratamiento. Así, explicó que si son detectados a tiempo, todos estos cánceres de piel tienen altos índices de curación: “Se recomienda el auto examen y la consulta anual, muy importantes para el tratamiento”, aseguró Senarega.