Una preocupación de los profesionales de la salud antes y durante la cuarentena gira en torno a la medicación sin prescripción médica. Esto porque, aseguran, son más altos los riesgos de esta costumbre que el alivio que puede causar en el corto plazo.
Entre los medicamentos más habituales de ingesta entre la población se encuentran los antiinflamatorios, los analgésicos y los antiespasmódicos, muchas veces utilizados en situaciones equivocadas. Pero como se encuentran bajo venta libre y son promocionados para disminuir el dolor, son pensados como un aliado para las urgencias.
Sobre el tema hablamos con Sergio Saracco, médico toxicólogo y jefe del departamento de Toxicología de la Provincia (Mat. 4679), quien detalló los peligros de una medicación inadecuada: “El enmascaramiento de síntomas es una de las desventajas más marcadas por fármacos como el Ibuprofeno. Hoy en día, los signos del coronavirus bajo el efecto de un antiinflamatorio son difíciles de distinguir. Y una consulta con el médico se puede ver aletargada por automedicarse con cualquier remedio, con consecuencias realmente serias”.
De acuerdo con el profesional, por únicas dosis generalmente no se presentan mayores inconvenientes. Sin embargo, cuando la automedicación se reitera en el tiempo o se incrementa, aumentan los problemas: “En el caso de la Aspirina, o la Dipirona, o del Ibuprofeno, por su efecto antiinflamatorio actúan sobre las prostaglandinas, que son elementos protectores del estómago. Una de las grandes complicaciones que se da entonces es el efecto gastro-lesivo, el efecto en la mucosa gástrica. Y el hecho de aumentar esta medicación aumenta el riesgo de tener úlceras a nivel gástrico, más los riesgos potenciales de sangrado”.
En cuanto a los riesgos específicos de cada medicamento, el especialista señaló que pueden aparecer complicaciones cardíacas si se ingieren más de 1200 mg de Ibuprofeno por día, intoxicaciones por Paracetamol, y constipaciones por consumir antiespasmódicos con analgésicos (como Sertal Y Buscapina compuestos) para el dolor muscular y de cabeza: “El Sertal y la Buscapina compuestos son antiespasmódicos + analgésicos, por lo que por más que me sirva la acción analgésica tengo los efectos secundarios del antiespasmódico que, como relaja el músculo liso del intestino, del útero, del uréter, produce constipación; boca seca (disminuye la secreción salival); disminuye la secreción ocular; disminuye el detrusor de la vejiga (produciendo infección urinaria, sobre todo si hay adenoma de próstata) y afecta a nivel del ángulo del ojo, a modo de presión”.
Según la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la interacción entre medicamentos es otro de los riesgos de la automedicación, como la mezcla entre una medicación contra el insomnio y un antihistamínico, pudiendo entorpecer las reacciones de quienes los toman y convertirse en un factor de riesgo. Así mismo, aseguran que las interacciones medicamento – alimento son muy diversas y pueden variar desde un aumento de la toxicidad del fármaco hasta anular su efectividad: “Por lo tanto, es imprescindible que el paciente cumpla con las indicaciones especificadas por su médico y con las condiciones de administración que aparecen en el prospecto”.
¿Tiene beneficios la automedicación?
Consultado sobre las ventajas de automedicarse, Saracco manifestó que no son durables en el tiempo y que son más los costos para la salud, por lo que, ante el dolor, siempre hay que consultar con un especialista: “El mejor remedio siempre es el que no se toma, porque ningún fármaco es inocuo, todos tienen efectos secundarios. Por eso, cuando el cuerpo manifiesta dolor, hay que consultar con el médico. Este ha estudiado y, antes de medicar, revisa de dónde proviene el dolor evaluando el costo/beneficio de lo que va a indicar. Además, sabe durante cuánto tiempo puede este paciente consumir el fármaco y si puede combinarlo con otro, en caso de que lo necesite”.