La mayoría de los países extienden las medidas de cuarentena en la en sus de l ciudades. Estamos ya en más de 2,7 millones de contagiados y 197 mil fallecidos al 25 de abril en todo el mundo. El sostenimiento de duras medidas para cuidarnos del virus, exige cada vez más a las dirigencias políticas de los países por lograr el respaldo social para el éxito de las medidas sanitarias.
En nuestro país, decenas de miles de personas han sido detenidas, demoradas o sancionadas por las fuerzas de seguridad por no respetar las medidas de aislamiento social.
¿Por qué pasa esto? Para responder a este interrogante, hablamos con los psicólogos Daniel Cebreros y Jorge Aita, y con la licenciada en letras Patricia Stillger, quienes explicaron que, en gran parte, tiene que ver con una respuesta emocional frente a la abrumadora realidad y exceso de información a la que nos expone el COVID-19: “En la posmodernidad sucede que, si el individuo no lo siente, no lo suele cambiar”. Así mismo, dijeron que al verse amenazada la zona de confort, la persona responde con desagrado por miedo a perder su seguridad: “A los humanos no nos agrada nada el cambio. Y lo que nos están proponiendo a nosotros es un cambio de hábitos y costumbres: en la higiene propia, en la limpieza, en la estrechez”.
Los modelos de conducta fueron resaltados por los especialistas, quienes señalaron que son difíciles de cambiar por haber sido incorporados e interiorizados durante tanto tiempo: “Nos proponían viajar constantemente, disfrutar del turismo y la conexión global. Y nos aseguraban lo conveniente de esa propuesta. Entonces, esa idea trabajada durante tanto tiempo es muy difícil de cambiar. Sin embargo, necesitamos entender que esa globalización, esa cercanía, son las que nos llevaron a una pandemia global inimaginada, no prevista”.
“La cuestión acá es armarse de paciencia, soluciones van a haber. Sin sacrificios, no van a haber cambios. Y ese sacrificio tiene que ver con cambios en la comodidad. O la gente toma consciencia de que esto es inevitable y se pone a pensar si podemos minimizar daños, o si vamos a subestimarlo y a ver las consecuencias de ese comportamiento”, manifestó Cebreros.
De acuerdo con Aita y Stillger, el asunto también tiene que ver con la incorporación de una medicina social (activa, dinámica y preventiva) más que con una medicina asistencial o sanitaria, ya que la primera buscaría la redistribución de bienes y servicios para todos, a diferencia de las otras dos, que serían pasivas o defensivas.
Finalmente, según Cebreros, un hábito para evitar es el de buscar información en cualquier sitio de internet sobre la pandemia, o informarse por cualquier comunicado que llega, ya que muchas veces falsos (fake news). Por esto recomienda, visitar los sitios oficiales de la Organización Mundial de la Salud, del Ministerio de Salud de la Nación y del Ministerio de la Salud de la Provincia, o medios de comunicación en los cuales los temas cuentan con la participación de profesionales de la salud matriculados.