El vínculo que existe entre la comida y la diabetes tiene dos aspectos, según la diabetóloga Celina Bertona, de Centros Médicos Chacras y Cervantes (Mat.8047). Por un lado, la obesidad genera diabetes, por otro, el exceso de alimentación o mala alimentación en personas con diabetes entorpece el buen control de la enfermedad.
El “ajuste” que debe hacer un/una diabético/a, de acuerdo a la Federación Argentina de Diabetes, es adaptar la alimentación, el ejercicio y el tratamiento para evitar los cambios bruscos de azúcar en sangre (ya que tener diabetes significa que el organismo no puede controlar la glucemia en forma automática), pensando qué, cuánto y cuándo come para tratar de compensar la falla en el efecto de la insulina.
Sin embargo, durante las fiestas las personas suelen comer comidas copiosas y poco saludables, lo que en pacientes con diabetes se traduce en un pico de glucemia difícil de controlar. “Cuando la persona come muy distinto a lo que acostumbra en su alimentación, las dosis de insulina o las correcciones deben administrarse con más frecuencia y no alcanzan para controlar el nivel de glucemia que se puede presentar. El riesgo, entonces, está en la dificultad del control metabólico”, explicó la médica.
Esto, según la doctora, suele suceder también porque cuando la persona toma mucho alcohol o cuando come cosas que le hacen mal no se inyecta insulina, corriendo riesgo: “Por miedo a pensar que pueden tener una hipoglucemia, algunos pacientes diabéticos no colocan insulina y pueden generar una complicación aguda por hiperglucemia (que, en el caso más grave, es una cetoacidosis diabética). Otra cosa con la que hay que tener cuidado es con el alcohol, ya que en personas con diabetes tipo 1 puede generar mayor riesgo de hipoglucemia si no se toman precauciones”.
Para cuidar la glucemia en estas fiestas, Bertona indicó que existen opciones ricas y saludables con verduras (crudas o cocidas), carnes magras, huevo y una porción del plato (un cuarto) con hidratos (pastas, arroz, legumbres, soja, papa, choclo). Y, en cuanto a las bebidas, explicó que las limonadas hechas en casa y algunos tés fríos son buenas elecciones. “Si se opta por las bebidas gaseosas o jugos, estas deben ser lights ya que son reducidas en azúcares. Sin embargo, estas no son saludables porque tienen alto contenido de sodio. Por otra parte, si bien los jugos de fruta son saludables, para una persona con diabetes aportan mucho azúcar, por lo que no deben consumirse”.
Finalmente, la profesional remarcó que no hay alimentos prohibidos para una persona diabética (más allá del azúcar en sí y todo lo que esté endulzado con azúcar o miel), sino un control en los hidratos de carbono y las grasas que deben consumir, “como debería pasar en la alimentación de todas las personas”.
Estos son algunos ajustes en la alimentación que te ayudaran a controlar la glucemia
En un recetario preparado por la Federación Argentina de Diabetes, la doctora Marcela de la Plaza (Mat. 52497) da una serie de recomendaciones para controlar los índices de glucemia:
- Eliminar el azúcar de absorción rápida en: Líquidos de consumo habitual. Infusiones amargas o con cualquier edulcorante; reemplazar jugos de fruta naturales y comerciales por jugos dietéticos (valor energético: 5 calorías % o menos); gaseosas comunes por diet o light; amargos y termas por variedades light; gelatina dietética; Dulces, miel, caramelos y pastillas. Por suerte existen mermeladas bajas calorías o sin agregado de azúcar, golosinas sin azúcar, yogures y postres dietéticos.
- Fraccionar: distribuir la alimentación en un mínimo de 4 a 6 comidas diarias. Esta forma de comer menos cantidad más veces en el día no sólo distribuye mejor los hidratos de carbono y evita los grandes picos de azúcar sino que mejora el metabolismo y ayuda a adelgazar.
- Incorporar más alimentos con fibra: verduras / legumbres / frutas; que enlentecen la digestión y la absorción del almidón y los azucares. Este principio es muy importante ya que los alimentos con almidón deben constituir la base de una alimentación sana, por lo tanto estarán presentes en TODOS los menúes pero combinados con alimentos que “retrasen” su paso a la sangre.