El implante transcatéter de válvula aórtica (TAVI), también conocido como reemplazo valvular percutáneo (TAVR), sigue en ascenso en el mundo, según la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Hasta pocos años atrás, el reemplazo de válvula aórtica se hacía solamente en forma quirúrgica. Sin embargo, “hoy se utiliza no sólo en pacientes de alto riesgo que no pueden enfrentar una cirugía de reemplazo tradicional de válvula aórtica, sino que también se indica en pacientes sintomáticos con riesgo intermedio”, asegura la SAC.
Las posibilidades que ofrece el TAVI van más allá de un primer procedimiento para reparar una válvula defectuosa. Ahora bien, ¿por qué se convierte cada vez más en la forma preferida de operar para cirujanos y cardiólogos? Según Miguel Larribau, médico Cardiólogo Intervencionista y jefe del servicio de Hemodinamia del Hospital Santa Isabel de Hungría (Mat. 6303), esto se debe a que el implante mínimamente invasivo presenta menor riesgo de morbi mortalidad respecto de la cirugía en los pacientes de riesgo quirúrgico aumentado. Además, a que mejora la sobrevida de los pacientes.
Calificada por la SAC como estándar para la mayoría de los pacientes, la misma consiste en una mínima intervención sobre el paciente: “desde la ingle ingresamos en la arteria femoral y con técnica de cateterismo llevamos la prótesis hasta el corazón. Es desde allí que la implantamos”, detalló el cardiólogo.
La apuesta, de acuerdo al médico, también está en la recuperación, ya que a diferencia de la cirugía convencional, permite una rehabilitación efectiva a corto plazo. El sitio Medline Plus suma al respecto: “Un procedimiento mínimamente invasivo puede tener muchos beneficios. Hay menos dolor, menos sangrado y menos riesgo de infección”.
¿Cómo se conforma el equipo médico que realiza la intervención?
Consultado sobre este punto, Larribau especificó que, en la primera cirugía poco invasiva que se realizó en el Santa Isabel, estuvieron presentes un anestesiólogo, dos cirujanos cardiovasculares y dos cardiólogos intervencionistas (Hemodinamistas), además de contar con personal auxiliar de anestesia e instrumentadora.
Y contó sobre la misma: “El caso de este paciente permitió que al cuarto día estuviera en su casa. Al día siguiente de la operación nos refirió que sentía que ‘era otra persona’. Este mes realizaremos cuatro intervenciones más de este tipo”.
Más beneficios de la TAVR
La estenosis valvular aortica es una enfermedad que se presenta con mayor frecuencia en ancianos. Según el jefe del servicio de Hemodinamia, cuando es de grado severo y manifiesta síntomas, el riesgo de muerte es alto a los 3-5 años. El reemplazar la válvula mejora este pronóstico sombrío. “Debido al riesgo de la cirugía convencional, no todos los pacientes pueden resistirla. Es por ello que la TAVR permite tratarlos”.
Dificultades
El inconveniente mayor, de acuerdo con el doctor, es el alto costo de la prótesis percutánea, lo que hace difícil aplicar la terapéutica a aquellos que la necesitan. En palabras de Gustavo Bastianelli, director del Consejo de Cirugía Cardíaca de la SAC, “en un país con limitaciones económicas como la Argentina hay que fijarse en el costo de los procedimientos y dispositivos. El TAVI es mucho más caro que la cirugía”.
Por otra parte, según explicó Larribau, la mayoría de las obras sociales no cubren este procedimiento, aunque ya hay algunas como PAMI que sí lo hacen, y están intentando lo propio con OSEP.
Sin embargo, el médico anticipó que “esta tecnología llego para quedarse”. “A nivel mundial se utiliza de rutina. Y la tecnología aporta mejoras día a día. Sin dudas, esta tecnología llegó para quedarse”, concluyó el profesional.