Una de las lesiones más comunes en deportistas es el esguince de tobillo. Esta se da principalmente en el momento en el que el pie contacta con suelo, ya sea por una irregularidad del terreno o por factores externos.
Los encargados de evitar que esto se produzca son los ligamentos y músculos, comandados por el sistema nervioso, principalmente por los mecanoreceptores, pequeñas terminales nerviosas que se encuentran en las articulaciones que se encargan de transmitir información al sistema nervioso de que se esta produciendo un mecanismo que puede dañar la articulación y desencadenar reflejos musculares de protección.
Cuando sufrimos lesiones de este tipo se produce una desconfiguración de estas terminales nerviosas y se pierden los reflejos de protección ante estas situaciones.
¿Se pueden prevenir? Sí, se pueden “reeducar” estas terminales nerviosas mediante ejercicios de propiocepción simulando futuros escenarios de lesión y así recuperar los reflejos protectores ante probables lesiones y disminuir los accidentes deportivos.
Algunos conceptos que nos ayudarán a comprender mejor
- Mecanoreceptores: son los encargados de transmitir información sobre la deformación mecánica mediante una señal neural hacia el sistema nervioso central.
La estimulación de estos receptores tiene como resultado contracciones musculares reflejas en la articulación. Están presentes en ligamentos, cartílagos, estructuras ligamentosas y musculares, dando información sobre la sensación de movimiento, posición y aceleración de las articulaciones. - Porpiocepción: Esta palabra deriva de sus raíces propio, que significa de uno mismo; y cepción, que significa conciencia. Es decir, la conciencia de lo propio, de la propia postura corporal con respecto al medio que nos rodea facilitada por receptores especializados del sistema nervioso.
Principalmente trabajamos la propiocepción a través de ejercicios de equilibrio, coordinación y cambios de superficies. Estos ejercicios suelen comenzar de un modo simple y a medida que vamos obteniendo destreza se van complicando. Por ejemplo, mantenerse erguido apoyando solo un pie. Inténtelo y verá como todos los músculos de su cuerpo comienzan a contraerse alternadamente para mantener el equilibrio; si esto le resulta fácil, intente cerrando los ojos y aumentara la complejidad del ejercicio.
La utilización de esta actividad es una de las mayores herramientas de prevención de lesiones. Se recomienda incorporarla a la rutina deportiva.