Dolor abdominal, gases, indigestión, estreñimiento, diarrea, intolerancia a la lactosa y disminución del apetito son algunos de los síntomas que las personas con esta enfermedad suelen manifestar. Y es que, cuando consumen alimentos con gluten, su sistema inmunitario reacciona causando daño a las vellosidades intestinales.
Para resolver el dolor, los pacientes asisten en busca de una medicación que los ayude. Sin embargo, el tratamiento de esta afección no está en la farmacia, sino en la cocina: se tarta de la eliminación de los productos con gluten. “El gluten es una proteína presente en el Trigo, la Avena, la Cebada y el Centeno (T.A.C.C.), por lo que siempre se recomienda consumir artículos sin T.A.C.C. Y, al mismo tiempo, existen productos con gluten como aditivo, por lo que también ahí hay que prestar atención”, explicó Mariana Rodríguez, licenciada en nutrición y miembro del staff médico del Hospital Santa Isabel de Hungría (Mat. 1174).
En su mayoría, según resaltó la profesional, los alimentos contienen un indicador que los muestra como aptos (con el logo de una espiga tachada o la leyenda “sin T.A.C.C.”). Y, también, existe un listado que proporciona la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que indica su seguridad. Pero, para saber como consumirlos correctamente, la nutricionista sugirió una visita al consultorio: “Se generan planes alimentarios individualizados, donde se tiene en cuenta peso, talla, estado nutricional, intolerancias alimentarias y gustos personales, además de la patología. El trabajo consiste en una amplia educación nutricional, por lo que el paciente aprenderá qué alimentos consumir, cómo leer el etiquetado de los alimentos, cómo manipularlos y cómo cocinar”.
Algunas recetas pueden encontrarse en el portal del Ministerio de Salud de la Nación, donde las personas hallarán un abanico de platos principales, masas, harinas, panes, postres, comidas para fiestas y cumpleaños.
Por otra parte, Rodríguez enfatizó en la importancia de prevenir la “contaminación cruzada”, ya que si entran en contacto los productos sin T.A.C.C. con aquellos que contienen gluten o con utensilios que hayan tocado la proteína, pueden contaminarse.
Una barrera económica
Algo por lo que luchan constantemente las asociaciones de celíacos con las obras sociales es la cobertura en los alimentos. Y es que, aunque existe un decreto al respecto (754/2015), no todas las prepagas se encuentran en la ley.
Varios han sido los pacientes que se han quejado al respecto, ya que encuentran que los precios son “muy elevados”. Así, supermercados renombrados de la provincia exhiben pre-mezclas para hacer pan que no bajan de los $90 pesos, así como fideos que superan la barrera de los $100 y galletas a partir de $45 pesos. Mientras que las harinas comunes pueden encontrarse desde los $40 pesos; los fideos desde los $30 y las galletas a partir de los $12 pesos.