El 9 de abril fue instituido como el “Día de la Cardiología Argentina” por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación, reunidos en Congreso el 3 de diciembre del 2014. Conforme a lo dispuesto, el Ministerio de Salud debe desarrollar diversas actividades públicas de educación y concientización, orientadas a la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Esto es debido a que cada año mueren 17,5 millones de personas a causa de la enfermedad cardiovascular, (término que incluye las efermedades cardiacas y cerebrovasculares) lo que la posiciona como la primera causa de muerte en todo el mundo y se estima que la cifra ascenderá a 23 millones en el año 2030.
En nuestro país, los estudios sobre los factores de riesgo cardiovascular (enfermedades que predisponen a la enfermedad de los vasos sanguíneos), arrojan resultados preocupantes y esto se debe en gran medida a una falta de toma de conciencia sobre la importancia de modificarlos para disminuir el riesgo y combatir la mortalidad por esta causa.
Para ejemplificar esto: 1 de cada 3 muertes de origen conocido en la Argentina se debe a alguna de las enfermedades cardiovasculares, que comprenden las patologías del corazón, cerebro, aterosclerosis y otras enfermedades del sistema circulatorio, representando la primera causa de muerte y el equivalente a un promedio de 200 fallecimientos diarios.
Los principales factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad cardiovascular son: hipertensión arterial, el colesterol elevado, altos niveles de sobrepeso y obesidad, diabetes, tabaquismo, sedentarismo y el estrés.
Solo por citar algunas estadísticas, entre los mayores de 18 años, 1 de cada 4 argentinos fuma (25%), casi 6 de cada 10 presentan sobrepeso u obesidad (57%), 3 de cada 10 son hipertensos (34%) y de ellos el 39% no lo sabe; tiene colesterol elevado el 30 %, de los cuales apenas la mitad (53%) está bajo tratamiento; el 55% realiza un nivel bajo de actividad física y 1 de cada 10 tiene diabetes (10%), pero el 38,6% no se trata.
Presentar uno de estos factores de riesgo por sí solo ya puede predisponer a padecer una enfermedad cardiovascular, pero la sumatoria de 2 o más factores, que es lo más frecuente, incrementa el riesgo prácticamente en forma exponencial.
Esto se agrava por el hecho de que la mayoría de estos factores de riesgo cardiovascular no dan síntomas. Es muy común el razonamiento ¨para qué me voy a hacer un control de salud si yo me siento muy bien¨… Lamentablemente, el primer síntoma suele ser un infarto de corazón o un infarto de cerebro, tejidos que no se regeneran. Por lo cual, aquellos pacientes que logran sobrevivir al evento agudo, generalmente quedan con secuelas permanentes, que disminuyen su calidad de vida.
Mención especial corresponde a la enfermedad cardiovascular en la mujer. Hoy en la Argentina, como en otros países del mundo, 1 de cada 3 mujeres va a tener en algún momento de su vida un infarto o accidente cerebrovascular. Muchas van a fallecer por ello.
Aún perdura la creencia errónea de que el cáncer de mama es la principal causa de muerte femenina. Sin embargo, por cada mujer que pierde la vida por cáncer de mama, 8 lo va a hacer por una causa cardiovascular. Esta es una tendencia mundial que afecta a mujeres de toda Latinoamérica, Estados Unidos y países de Europa, y que atraviesa todos los estratos sociales. Sin embargo, la mayoría de las mujeres desconoce esto y no se realiza controles cardiológicos periódicos.
Este aumento de la enfermedad cardiovascular en la mujer puede explicarse por causas exclusivas de género, por causas sociales y culturales. Por un lado, sería esperable que las mujeres tengan más complicaciones cardiovasculares porque viven más y la arterioesclerosis se va desarrollando con los años y, como existía la creencia de que el sistema vascular de las mujeres estaba protegido por sus hormonas, no se hacía tanta labor de prevención con ellas, de forma que cuando la enfermedad da síntomas ya es crónica. Por otro lado se han producido cambios sociales que han contribuido al aumento de estas patologías, como ejemplo aumentó el número de fumadoras y además son más resistentes a abandonar el tabaco; las mujeres tienen mayor tendencia al sobrepeso y obesidad, suelen sobrecargarse de trabajos y obligaciones, continúan con el cuidado de sus familias, pero poco de ellas, y cuando van a las consultas con malestares inespecíficos (ya que generalmente minimizan sus síntomas) se les hace menos caso o se las estudia menos que a los hombres.
De ahí la importancia de la concientización sobre PREVENCION PRIMARIA (conjunto de acciones tendientes a prevenir un primer infarto o accidente cerebro vascular), como así también sobre PREVENCION SECUNDARIA, en pacientes que ya han sufrido un evento para evitar que sufran uno nuevo. Esta es nuestra principal responsabilidad como médicos cardiólogos, la de PREVENIR, con todas las armas hoy disponibles de promoción de la salud, disminuyendo así la morbimortalidad cardiovascular.
Recomendaciones para mantener un corazón sano
- Realizar actividad física en forma regular
- Tener un peso saludable
- No fumar
- Realizar controles médicos periódicos.
- Controlar la presión arterial.
- Controlar el nivel de glucosa en sangre.
- Controlar nivel de colesterol y triglicéridos en sangre
- Disminuir el nivel de estrés
Dr. Jorge Cubillos. Mat.: 5930. Cardiólogo. Especialista en Ecocardiografía. Director de Penta, Medicina Cardiovascular. Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Italiano de Mendoza