El Alzheimer es una pérdida de todas las funciones cerebrales adquiridas que se da principalmente en edad adulta. Lo que más afecta es la memoria, pero con el transcurso de los años también suele incidir en el habla, en la capacidad de tomar decisiones y en distintas funciones del cerebro. Según datos pertenecientes a la Organización Mundial de la Salud, en el mundo entero hay unas 50 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos.
Sebastián Ianardi, neurólogo mendocino del staff de Neuromed, explicó que la edad es el principal factor de riesgo en esa enfermedad, presentándose sobre todo en personas mayores de 65 años: “Mientras más años pasan, más probabilidades hay de padecer la enfermedad. De hecho, se ha verificado que, si todos viviéramos 180 años, tendríamos demencia”.
Consultado sobre otras causas, el doctor mencionó la carga genética, no siempre relacionada con el factor hereditario, y cuestiones ambientales. Y, en cuanto a los síntomas, manifestó que se hacen presentes en el deterioro de la calidad de vida, sobre todo en lo que compete a la memoria: “Si la persona se ve limitada a hacer su trabajo, a hacer actividades de la vida diaria u olvida cosas con mayor facilidad, debería consultar con un neurólogo para descartar demencia. Así mismo, si esta persona no nota tales síntomas, pero quienes lo rodean sí, deberían darle importancia y acompañarlo en una visita al médico”.
Según la OMS, existen tres etapas en el desarrollo de la enfermedad:
-Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas más comunes incluyen:
- tendencia al olvido;
- pérdida de la noción del tiempo;
- desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.
-Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y más limitadores. En esta etapa las personas afectadas:
- empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas;
- se encuentran desubicadas en su propio hogar;
- tienen cada vez más dificultades para comunicarse;
- empiezan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal;
- sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas.
-Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen:
- una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio;
- dificultades para reconocer a familiares y amigos;
- una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal;
- dificultades para caminar;
- alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.
Al día de hoy, el Alzheimer no es reversible, pero se ha logrado que, con medicina y otros tratamientos, el avance sea menos rápido: “Hay muchos estudios científicos que están probando diferentes remedios y no se descarta que de acá a algunos años salga algún tratamiento efectivo, pero hasta el día de la fecha todo lo que hay son remedios para enlentecer el avance”, detalló Ianardi.
-Alzheimer y nuevas tecnologías
En lo que respecta a los beneficios que las NTICs han traído para la demencia, el doctor contó que permiten conocer si una persona tiene Alzheimer aun si presenta pocos síntomas. Pero especificó que el hecho de saberlo tempranamente suele deprimir a los afectados. “Hoy por hoy, se reservan los estudios para casos científicos o para aquellas personas que están dispuestos a hacerlos, pero no se realizan como rutina. Se siguen haciendo estudios básicos como resonancia de cerebro”, concluyó.