El 31 de agosto se celebra el Día de la Obstetricia y la Embarazada en homenaje a la muerte de San Ramón Nonatto, en 1240, quien debe su nombre al hecho de que fue extraído de las entrañas de su madre muerta. En relación con el hecho, fue elegido patrono de las obstétricas, parturientas y embarazadas.
En diálogo con Diario Salud, la Licenciada en Obstetricia Laura Casabona (Matrícula 638) enumeró las tareas que pueden ejercer, entre las que se cuentan: consultorio de salud reproductiva; psicoprofilaxis del parto; consultorio de lactancia materna; control del puerperio normal, fomentando la lactancia materna; controles de trabajo de parto normal y los partos normales; diagnóstico y atención de embarazadas sin patología; control de trabajo de parto.
“Todas estas tareas las podemos hacer sin necesidad de tener un médico avalando nuestro procedimiento”, apuntó Casabona antes de brindar aspectos generales de su profesión, que es también su pasión, en una entrevista.
DS – ¿Como es la profesión hoy en día?
LC – Antes la Licenciatura en Obstetricia no existía. Estaban las parteras o matronas como se les solía decir, y ellas tenían un trabajo muy limitado. Era la atención del parto normal, el control del puerperio, y el control del trabajo de parto previo a esto. Con los años, esto fue modificándose hasta que surge esta carrera que es la Licenciatura en Obstetricia, una carrera de grado.
La carrera permitió que la obstetricia esté lista para formar parte de equipos interdisciplinarios de salud en los diferentes efectores (hospitales, centros de salud, postas y demás). Realizamos APS (Atención Primaria en Salud), que sería realizar consultorio de obstetricia, haciendo el diagnóstico, los controles prenatales de bajo riesgo y solicitar estudios de rutina para cada trimestre. Estas visitas deben realizarse una vez por mes hasta la semana 32, una vez cada 15 días hasta la semana 36 de embarazo y una vez por semana hasta el momento del parto. En cada trimestre o visita se le van dictando diferentes estudios a las mamas de acuerdo a las normativas.
Lo que nosotras hacemos es detectar los posibles factores de riesgo que hubiese en una embarazada, y así poder derivarlo al profesional correspondiente. En caso de que detectemos alguna patología como diabetes, hipertensión o alguna otra, derivarlo al médico tocoginecólogo. Ahí es donde entra el médico gineco-obstetra.
DS – ¿Que te llevo a estudiar la Licenciatura en Obstetricia?
LC – Ayudar a nacer es ser parte de un milagro. Eso es por lo que elegí mi profesión. Esta carrera es de pura vocación de servicio. Creo que lo más importante es acompañar y contener a la embarazada y a su familia, para hacer de este un momento único e irrepetible y crear juntos un espacio positivo. Un espacio donde los protagonistas son la mamá y el bebé. Que esta sea una de las experiencias más maravillosas que esta mama pueda vivir, y que jamás va a olvidar. Ser parte de esto es uno de los motivos por los cuales me llevo a estudiar y ser Licenciada en Obstetricia, algo que me encanta hacer.
DS – ¿Cuál es la mejor experiencia que has tenido como Licenciada en Obstetricia?
LC – Todas son hermosas. Traer vida al mundo es fantástico, es maravilloso, es alegría, es sensibilidad, una emoción donde todo se junta. Todas mis experiencias han sido fantásticas, y cada vez son mejores.
Tengo muchísimas anécdotas, pero hay una que me trajo mucha satisfacción. Fue una mamá muy joven a la que le atendí el parto, tuvo una nena y me pregunto mi nombre. Se lo dije y decidió ponerle mi nombre a su hija. Y eso fue muy gratificante.
DS – ¿En qué se basa el vínculo que creás con tus pacientes?
LC – Básicamente es lograr una empatía exitosa. Para lograrla es fundamental tener un vínculo adecuado conteniendo, informando, educando y creando confianza entre el profesional y la mamá. De mi parte, es crear confianza en la madre, transmitirle que ella puede, de que está capacitada para hacerlo, que está informada. Todo para para llegar a tener un parto hermoso.