La alta presión arterial es un trastorno frecuente, que afecta a uno de cada cinco adultos a nivel mundial, de acuerdo a las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de una patología que causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones por accidente cerebrovascular o por enfermedades cardíacas. Del mismo modo, las complicaciones derivadas de la hipertensión son la causa de 9,4 millones de defunciones cada año en el mundo, según estima la institución.
Así como afecta a muchos adultos, la hipertensión es una patología que puede manifestarse en mujeres embarazadas. De hecho, es el problema de salud más común en mujeres embarazadas y está presente entre el 10 y el 15% de los embarazos.
Cuando el cuadro de hipertensión arterial se presenta solamente después de la 20ª semana de embarazo en una mujer que no era previamente hipertensa, se considera hipertensión gestacional. Una vez que aparece, la hipertensión gestacional generalmente permanece durante el resto del embarazo, pero tiende a desaparecer en las primeras 12 semanas después del parto.
La mujer embarazada puede verse afectada por 4 diferentes formas de hipertensión:
En primer lugar, la hipertensión crónica preexistente –mujeres con valores de presión arterial regular por encima de 140/90 mmHg se consideran hipertensas-. En el embarazo, se considera una hipertensión preexistente en toda persona que ya tenía este problema antes de embarazarse. También se considera hipertensión preexistente si se diagnostica antes de la 20ª semana del embarazo, lo cual implica que ya padecía alta presión o hipertensión previamente.
La preeclampsia es otro de los tipos de esta enfermedad que puede aparecer durante la gestación. Se trata de la aparición de hipertensión después de la semana número veinte de embarazo, que por lo general se asocia a la pérdida de proteína en la orina, que se conoce como proteinuria. Una hipertensión que aparece después de la 20ª semana del embarazo y se asocia con problemas de riñón, hígado, sistema nervioso central o disminución del número de plaquetas también puede ser preeclampsia.
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La preeclampsia superpuesta a la hipertensión crónica es una fusión entre las dos patologías descritas anteriormente. Implica la preeclampsia que aparece en mujeres que a su vez son previamente hipertensas, más allá de su embarazo.
Por último, la hipertensión gestacional es otra de las patologías de este tipo que pueden aparecer en mujeres que se encuentran en esta situación. Se considera hipertensión gestacional aquella que se presenta solamente después de la 20ª semana de gestación y que no muestra pérdida de proteína en la orina o cualquier otra manifestación sugestiva de preeclampsia.
Es importante aclarar que, en la mayoría de los casos, la hipertensión gestacional reviste menor gravedad que la preeclampsia. Sin embargo, es probable que provoque consecuencias a la mujer embarazada y al bebé. Todas las mujeres embarazadas hipertensas tienen un mayor riesgo de cambios en el flujo de sangre en la placenta, restricción del crecimiento fetal, desprendimiento prematuro de placenta y parto prematuro. Por eso, el control de la enfermedad durante el embarazo es esencial para el desarrollo de su salud y, en consecuencia, de la del bebé.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de padecer hipertensión en el embarazo?
Existen algunas características clínicas que aumentan el riesgo de desarrollar hipertensión arterial durante el embarazo. Conocerlas puede ser importante al momento de pensar en un embarazo o de cuidar la gestación en curso.
El primer embarazo es uno de los principales causales de desarrollo de hipertensión en este período. El sobrepeso u obesidad también son factores que pueden actuar como desencadenantes de este tipo de enfermedad. Por otro lado, la historia personal y familiar también es una de las claves que se deben considerar como potenciales causas de hipertensión en el embarazo. Por último, las mujeres gestantes de más de 35 años, las adolescentes, y los embarazos gemelares, tienen aumentadas sus posibilidades de sufrir esta patología.