El alto índice de fumadores lamentablemente se incrementa a nivel mundial. Por eso desde el año 1989 la Asamblea Mundial de la Salud designó al 31 de mayo como el Día Mundial Sin Tabaco.
Desde entonces, se sigue luchando a fin que el público tenga conocimiento del negativo impacto que tiene el tabaco en la salud de los fumadores e incluso de los fumadores pasivos (quienes no fuman directamente).
Para el presente año 2018, el lema que ha establecido la Organización Mundial de la Salud (OMS) es: Día Mundial Sin Tabaco 2018 “Tabaco y cardiopatías”. La campaña busca llamar la atención sobre la relación entre el tabaco y las cardiopatías y otras enfermedades cardiovasculares, entre ellas el accidente cerebrovascular, que, conjuntamente, son las principales causas de muerte en el mundo.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, y el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno contribuyen a cerca del 17% de las defunciones por cardiopatías. El consumo de tabaco es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, después de la hipertensión arterial.
La epidemia mundial de tabaco causa cada año más de 7 millones de defunciones, 900 000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno.
Cerca del 80% de los más de 1000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos medianos y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto.
De allí la recomendación de vigilar el consumo de tabaco y aplicar políticas preventivas; proteger a la población de la exposición al humo del tabaco prohibiendo el consumo de este producto en los espacios públicos cerrados, los lugares de trabajo y los transportes públicos; prestar apoyo para abandonar el hábito tabáquico mediante ayudas generalizadas a todos los fumadores y con cobertura de costos, que incluyan un breve asesoramiento ofrecido por trabajadores sanitarios y líneas telefónicas nacionales de ayuda, sin costo para el usuario.
Asimismo, advertir de los peligros del tabaco utilizando un empaquetado neutro/normalizado y/o grandes advertencias sanitarias gráficas en todos los paquetes de tabaco, y llevar a cabo campañas eficaces en los medios de comunicación para advertir a la población de los daños que causa el consumo de este producto y la exposición al humo de tabaco ajeno.
Prohibir toda forma de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco y aumentar los impuestos a los productos de tabaco y hacer que sean menos asequibles.
La relación con el cáncer
Además de la alta cantidad de componentes químicos que contiene el humo de cigarro, entre los que se incluyen nitrosaminas, alquitrán, benzopirenos, naftalina, Arsénico, cadmio y Cromo –todos ellos cancerígenos-, el humo de tabaco puede causar cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer.
Hay otras enfermedades que se podrían desarrollar a causa de la respiración del humo del cigarro:
- Patologías respiratorias no tumorales
- Enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares
- Insomnio, alterando nuestros horarios de sueño.
- La degeneración de la retina, lo que posibilita la pérdida de la vista.
- Nos coloca en un mayor riesgo de sufrir diabetes.
- Incrementa el colesterol malo, que se acumula en las paredes de las arterias.
- Te coloca en el riesgo de sufrir infecciones a los oídos