La adicción a los videojuegos va más allá de sentir pasión por los juegos de video y se caracteriza por un comportamiento adictivo que se convierte en prioridad uno para la persona. Así, el juego digital o por video interfiere con la rutina diaria y afecta el bienestar mental y físico, una situación que se ve cada vez más habitualmente entre niños y adolescentes
La Asociación Americana de Psiquiatría no lo considera un trastorno oficial, pero recomienda estudiar más la adicción a los videojuegos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que esta adicción a los videojuegos puede ser una enfermedad mental. Según la organización, los principales síntomas incluyen una alteración de la capacidad de controlar el juego y una prevalencia del juego sobre otras actividades.
Entre otras implicancias, la adicción a los videojuegos puede afectar significativamente la salud física debido al excesivo sedentarismo que promueven. El resultado de dicho aumento puede ser obesidad, presión arterial alta, problemas hepáticos y diabetes tipo 2, que acompaña a los síntomas emocionales.
Señales de alerta
Los videojuegos, de la mano de la proliferación de youtube y de las redes sociales, están al alcance de chicos de todas las edades que tienen un teléfono en sus manos. El problema es cuando este tipo de entretenimiento se convierte en el único posible o genera una dependencia incontrolable.
A continuación se describen los principales signos para estar alerta y, eventualmente, realizar una consulta con el especialista:
- Distanciamiento de los deportes u otras actividades de juego sin video
- Disminución del rendimiento académico
- Aumento del interés por los juegos
- Ver si el juego ocupa la mayor parte del tiempo libre de su hijo
- Alteración del sueño de su hijo
- Respuestas emocionales exageradas frente a la falta del videojuego
Recomendaciones
- Consultar con el pediatra quien podrá evaluar la situación y dar guía.
- Para disminuir el tiempo que pasa frente a una pantalla, establezca en la casa momentos libres de tecnología durante las comidas o actividades y paseos familiares específicos.
- Asegúrese que todos, incluidos los adultos, se alejen de las pantallas durante los períodos designados.
- Quitar pantallas de los dormitorios.
- Fijar límites diarios y semanales para el tiempo que se puede pasar frente a una pantalla y haga que se cumplan.
- Conversar con la familia acerca del tiempo que pasan frente a una pantalla en casa, tomando en cuenta los valores y las prioridades familiares.
Fuente: La Prensa