Hay un problema de salud que pueda considerarse universal es, sin duda, el dolor de cabeza (cefalea). Se han descrito más de 200 tipos distintos de cefaleas, aunque muchos de ellos son muy poco habituales. Conocer el tipo exacto de dolor de cabeza que sufre una persona es fundamental para administrar el tratamiento más adecuado debido a que existen terapias específicas en función del diagnóstico.
El primer paso es precisar si se trata de una cefalea primaria o secundaria. Las primarias son los dolores de cabeza que no se asocian a una lesión en el cerebro mientras que las segundas están relacionadas con algún traumatismo, tumor o hemorragia cerebral. Las más frecuentes son las primarias y, entre ellas, la cefalea tensional y la migraña que, junto a la cefalea en racimos, aglutinan la mayoría de las consultas médicas.
Para descartar que el dolor de cabeza no tenga un origen secundario, algunos pacientes deben hacerse una resonancia magnética. Los médicos deberían solicitarla son las personas que tienen dolores de cabeza de inicio repentino (probable hemorragia cerebral) o a las personas que tienen un dolor muy persistente que no mejora con ningún tipo de analgésicos. Es clave siempre acudir al médico para tener un diagnóstico y avanzar con el tratamiento.
Dolores de cabeza más comunes
Existen cefaleas que afectan a la mayoría de las personas, que tienen enfoques médicos determinados. En líneas generales son:
Cefalea tensional: Es la más frecuente y afecta a cerca del 60% de la población general. Suele aparecer cuando el paciente está más cansado o ha pasado una época de mayor sobrecarga laboral o estrés y, normalmente, esas situaciones le producen contracturas involuntarias de los músculos. Aunque se trata de un problema muy frecuente, son muy pocas las personas que acuden a la consulta. El tratamiento de la cefalea tensional se basa en los analgésicos, pero sin abusar. Para evitarlo, existen fármacos considerados preventivos que puede recetar el médico.
Migraña: El 12% de la población, sobre todo mujeres, está afectada por esta enferemedad. En este caso, el dolor empeora con la actividad física propia de la vida diaria y se puede acompañar de náuseas, vómitos y una gran sensibilidad a la luz y el ruido. Por eso quienes sufren migraña necesiten aislarse, encerrarse en una habitación, estar a oscuras, acostarse y aislarse del ruido.
El tratamiento de la migraña se apoya en el empleo de distintos tipos de fármacos. Para solucionar o mitigar un episodio se pueden administrar analgésicos, fundamentalmente antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno o naproxeno. Pero hay personas que tienen crisis especialmente intensas o no responden a los antiinflamatorios. En estos casos, los fármacos más empleados son los denominados triptanes, que son específicos para la migraña.
Cefalea en racimos: Es una enfermedad muy poco frecuente que se denomina así porque muchos pacientes solo sufren crisis de dolor de cabeza agrupadas en determinadas épocas del año y pueden permanecer asintomáticos durante meses. Esta cefalea es algo más habitual en los hombres y se ha comprobado que el tabaquismo ejerce una influencia considerable. Generalmente, las crisis duran menos de tres horas. Este tipo de cefalea también tiene tratamiento específico: triptanes para el dolor de cabeza, que suelen ser inyectables para que hagan efecto antes.
Fuente: Cuidate Plus