Eventualmente, la mayoría de las personas acabará por desarrollar cataratas debido a que en general aparecen de la mano de la edad. También suelen formarse a partir de una lesión que cambia el tejido que forma el cristalino del ojo que, entre otras cosas, descompone sus proteínas y fibras.
Esto hace que la visión se vuelva turbia o nublada, principal característica de la catarata que opaca el cristalino del ojo, que es transparente. Aunque no de manera inmediata, la formación de cataratas empaña de a poco la visión de las personas. Es como si se viera a través de una ventana empañada y actividades cotidianas como leer o manejar de noche comienzan a hacerse difíciles.
La mayoría de las cataratas se desarrollan de manera lenta y, aunque al principio no alteran la vista, con el tiempo se tornan más complejas y hasta pueden causar ceguera si no se las atiende a tiempo. Aunque la principal causa tiene que ver con el envejecimiento, otras razones de su aparición vienen de la mano de afecciones oculares o médicas como la diabetes, cirugías del ojo previas, trastornos genéticos hereditarios o el uso prolongado de esteroides.
Principales síntomas y cuándo consultar
Existen distintos tipos de cataratas y aunque es importante llevar adelante consultas saludables como no fumar o no excederse en alcohol ni grasas, lo cierto es que no hay todavía formas específicas para prevenir su aparición. En líneas generales, las cataratas se caracterizan por los siguientes síntomas:
- Visión nublada o borrosa
- Dificultad para ver de noche
- Sensibilidad a la luz y al resplandor
- Necesidad de mayor luz o brillo para leer o realizar distintas actividades
- Ver halos alrededor de las luces
- Subas frecuentes en la gradación de lentes recetados
- Decoloración en la tonalidad en que se ven los colores
- Visión doble en un solo ojo
Estos son indicios para realizar la consulta con el oftalmólogo y lo ideal es realizar controles periódicos una vez que se detecta la aparición de la catarata. Sin embargo, no se puede postergar la cita con el especialista cuando aparecen cambios repentinos en la visión, como visión doble o destellos de luz, dolor ocular o de cabeza repentinos.
Hay que tener en cuenta que el único tratamiento para esta afección es la cirugía, que deberá realizarse en el momento en que el oftalmólogo considere necesario. En la actualidad se trata de una intervención relativamente sencilla en la que se utiliza la técnica de facoemulsificación con implante de lente intraocular bajo anestesia tópica. El proceso suele durar unos 15 minutos aproximadamente.
Fuente: Clínica Mayo