El sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) es un trastorno que se caracteriza por un desarrollo excesivo de bacterias en el intestino delgado. Antes del diagnóstico, muchos de quienes lo padecen temen ser celíacos o manifestar algún tipo de intolerancia digestiva debido a que los síntomas son similares. Se trata, no obstante, de problemáticas diferentes.
Aunque no hay datos específicos sobre la prevalencia del SIBO, puede afectar al 6-15% de la población general. En pacientes con enfermedades subyacentes como la enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celiaca o pacientes que se han sometido a cirugía gastrointestinal, la prevalencia puede elevarse hasta el 70%.
En todo el tracto gastrointestinal existen, en mayor o menor medida, cierta cantidad de bacterias, lo que es saludable en cierto modo. El problema aparece en el momento en que se produce un crecimiento masificado en el intestino delgado, lugar del cuerpo que no puede soportar dicha sobrecarga.
De este modo, se produce el intestino no puede realizar su trabajo de manera habitual ya que la bacteria comienza a dañar la piel intestinal. El SIBO es un trastorno que, a su vez, es el responsable de otros procesos malabsortivos o intolerancias muy habituales que atentan contra la calidad de vida.
Al fallar los mecanismos de control dentro del intestino, aumenta el número de bacterias y también la producción de gas. La inflamación de las vellosidades del intestino delgado que puede producir una malabsorción de nutrientes favorece, al mismo tiempo, el desarrollo de más bacterias.
Síntomas y tratamiento
La inflamación abdominal es uno de los síntomas más frecuentes de este trastorno que también presenta otras señales como la distensión abdominal (hinchazón), la diarrea y/o estreñimiento, el meteorismo (gases), grasa en las heces o dolor abdominal”. Además, aparece otros síntomas que van más allá del sistema digestivo como la caída del pelo, la debilidad de las uñas y la sequedad de la piel.
Para tratar el SIBO hay que hacer un análisis determinado y, sí da positivo, hay que tomar antibióticos específicos que debe prescribir un médico. Además, se prescribe una dieta baja en carbohidratos. Se trata de un protocolo dietético muy concreto que debe ser supervisado y detallado por un profesional especializado en el tema.
Luego de la dieta y los medicamentos, se recomienda repetir la prueba y, más allá del resultado, los pacientes deben tener claro que se trata de un trastorno que se puede repetir. Por este motivo, es fundamental que se restaure toda la microbiota intestinal, así como la mucosa para lo que se pueden tomar probióticos, que se recomiendan por el profesional de manera personalizada.
Qué predispone el SIBO
Algunos de los factores más recurrentes para la proliferación de bacterias dentro del intestino son:
- Tomar antibióticos de forma recurrente
- Consumir alcohol en exceso
- Tomar protectores estomacales que bajan producción de ácido en el estómago.
- Algunas enfermedades gástricas como la gastritis crónica
- Alteraciones en la motilidad intestinal
- Una alimentación rica en grasas saturadas y alimentos ultraprocesados.
Fuente: Cuidate Plus