Todos los años, en la tercera semana de mayo, se realizan actividades que tienen como fin generar un espacio de toma de conciencia, donde se brinde la debida información y apoyo sobre el correcto lineamiento de la atención del embarazo y del parto. El objetivo es promover e informar los derechos de la madre, los recién nacidos/as y sus familias en el momento del trabajo de parto, parto y posparto.
Cuando se habla de parto respetado se hace referencia a que la persona gestante siga su propio pulso de parto, decida la forma de controlar el dolor y se evite todo tipo de intervenciones innecesarias. Esto también implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.
Todo nacimiento es un evento personal, único e íntimo en la vida de las personas, que involucra a la persona que nace, a la que está pariendo, a su pareja o acompañante, y a todo su entorno, su familia, su comunidad.
En la mayoría de los casos es un evento esperado, lleno de expectativas, magia, amor y también dudas, ansiedades y miedos.
Para lograrlo, la naturaleza provee una cascada hormonal formidable, que no solo permite el parir, conlleva además: el inicio de la lactancia, el comienzo de un círculo virtuoso de apego y su potenciación entre quienes conforman una nueva familia, posibilitando y favoreciendo su disfrute.
Asimismo, la pelvis, absolutamente móvil, tiene una fabulosa capacidad de apertura en todos los ángulos y diámetros. Sólo es preciso habilitar la posición que individualmente cada cuerpo necesita para parir.
Nacer es el desafío más fascinante que el ser humano afronta en la totalidad de su curso de vida.
El momento del nacimiento es también el más vulnerable, requiere un cuidado no intrusivo, pero minucioso para pesquisar la mínima señal de necesidad de atención específica.
La naturaleza también se hace presente, las hormonas relacionadas al bienestar, el placer y el deseo operan sus efectos en quienes, parejas o acompañantes a elección de la persona gestante, protagonizan la escena del nacimiento.
Hasta el siglo XIX, el nacimiento de una persona constituía un evento que ocurría en el entorno familiar en los hogares, y en comunidad, a menudo con la asistencia de mujeres entrenadas junto al acompañamiento de las redes afectivas y familiares de la persona gestante.
Con el transcurso del tiempo, la evolución científica y tecnológica permitieron la atención de las posibles complicaciones. La institucionalización del parto ha sido en todos los países del mundo, la medida de salud pública con mayor impacto para lograr la disminución de la morbimortalidad materna y neonatal, pero trae aparejada la responsabilidad de esforzarnos por no dejar de colocar en el centro de atención a quienes protagonizan este evento único e irrepetible en la vida del ser humano.
La filosofía de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia propone aplicar todas las herramientas para brindar seguridad a los nacimientos, con prácticas basadas en la mejor evidencia, respetando el protagonismo de la persona gestante al parir, su hijo o hija y su pareja o acompañante.
Argentina cuenta con un amplio número de leyes que regulan las prácticas y que se inscriben en marcos internacionales de derechos, además cuenta con recursos, como el Consenso Nacional de Primera Hora de Vida, en el que se establecen las buenas prácticas para la recepción de las personas al nacer, para alcanzar el inicio de la lactancia y los múltiples beneficios del contacto precoz piel con piel.
Es un desafío para los equipos de salud respetar los tiempos naturales de los nacimientos con profundo respeto por el prójimo, aunando esfuerzos y dedicación. Contar con todos los conocimientos científicos a disposición, que permiten la observación precisa, para no interferir ante este evento vital saliente, garantizando en los casos que fuesen necesarias las prácticas sanitarias adecuadas.
Ley de Parto Respetado
Desde 2013 rige en Mendoza la Ley provincial 8130, que contempla el derecho a:
Recibir información sobre complicaciones; tratamientos; intervenciones durante el parto y posparto; beneficios de la lactancia; lactancia; los cuidados de sí misma, del niño o niña; y sobre anticoncepción.
Decidir libremente la forma y posición en el momento del parto y a ser tratada con respeto y consideración de sus pautas culturales.
Respetar los deseos y necesidades de cada mujer, como estar o no acompañada por una persona o el tipo de ingesta alimentaria durante el proceso de parto.
No ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
Tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
Que los recién nacido/as estén en contacto con su madre desde el primer momento; sean alimentados con leche materna sin interferencias; se los trate respetuosa y dignamente y se les proporcione una inequívoca identificación
Fuente: SAP