El cáncer de hígado es un tipo de cáncer que se origina cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer de forma descontrolada. Esta enfermedad afecta cada vez a más personas. A nivel mundial se estima que casi un millón de personas fueron diagnosticadas con cáncer de hígado en 2020. Solo en Estados Unidos se estima que se producirán más de 30 000 muertes por este motivo.
Se trata de una enfermedad difícil de detectar de manera precoz pero relativamente sencilla de prevenir debido a sus factores de riesgo. Adelantarse es la clave para poder prevenir, evitar o morigerar las consecuencias de esta afección. Esto es, por lo general, porque el cáncer suele descubrirse de manera tardía cuando aparecen síntomas y, por lo tanto, está en una etapa avanzada.
Entre 2013 y 2017, las tasas de incidencia en mujeres aumentaron aproximadamente un 2% anual, mientras que se mantuvieron estables en los hombres. Sin embargo, los hombres tienen aproximadamente tres veces más probabilidades de que se les diagnostique la enfermedad que las mujeres.
Más allá del cáncer en general, los especialistas explican que es importante diferenciar las metástasis de los tumores primarios. Es decir, cuando el cáncer de hígado aparece por expansión de otro cáncer como puede ser de colon, estómago, etc. y cuando se origina en el hígado de manera específica.
Dentro de los cánceres de hígado, es decir los que se inician en el tejido de este órgano, el más frecuente es el denominado hepatocarcinoma que se origina en los hepatocitos y abarca entre el 75% y el 85% de los casos. Uno de los principales factores de riesgo aquí tiene que ver con la cirrosis hepática ya que casi el 90% de los hepatocarcinomas aparecen con esta dolencia.
A su vez, los factores que pueden desencadenar una cirrosis hepática son, entre otros, las hepatitis C y B. También el llamado hígado graso favorece su aparición; una afección relacionada con la diabetes, la obesidad y la dislipemia (alteración de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre). El consumo de alcohol es otro factor de riesgo y un importante favorecedor de cirrosis hepática y hepatocarcinoma.
Aunque hay personas que desarrollan cáncer de hígado sin tener factores de riesgo, esto se da de manera menos frecuente. Algo que también incide es la inflamación mantenida del hígado relacionada con enfermedades autoinmunes como la hepatitis autoinmune, la colangitis biliar primaria o la colangitis esclerosante; entre otras.
El segundo tipo de cáncer más difundido –a bastante distancia del hepatocarcinoma- es el colangiocarcinoma, que se origina en las células de los conductos biliares.
Prevención y más café
Debido a que es el cáncer de hígado del primer tipo tiene bastantes factores de riesgos identificados, es posible realizar conductas de prevención. Por otra parte, existen estudios bastante serios que han indicado que el café puede ser beneficioso para disminuir las posibilidades de su aparición.
Entre los principales factores de riesgo, se puede mencionar:
- Evitar el consumo de alcohol o limitarlo, como mucho, a una copa por día para las mujeres y dos para los hombres. Lo ideal es el consumo cero de alcohol.
- Dejar de fumar ya que esto contribuye a aumentar más el riesgo cuando hay otras condiciones.
- Prevenir la hepatitis C (no compartir agujas o jeringas y usar preservativo durante las relaciones sexuales).
- Vacunación frente a la hepatitis B.
- Cambios de estilo de vida para prevenir el hígado graso: dieta sana, ejercicio y control de niveles de colesterol y triglicéridos; entre otros.
Fuente: Cuidate Plus