La reconocida Clínica Mayo ha publicado algunas recomendaciones para los fumadores que desean comenzar a liberarse de la adicción. El camino es complejo y puede estar plagado de obstáculos, entre los que se destaca el hecho de que nunca parece ser un buen momento para hacerlo ya que “siempre” puede haber problemas.
A sabiendas de esto, los expertos instan a animarse y aportan cuatro consejos para dar los primeros pasos en el camino de dejar el cigarrillo y fracasar lo menos posible en el intento. Si hay acompañamiento profesional, mejor aún.
Se trata de un proceso que puede llevar tiempo y hasta mostrar algunas recaídas. Sin embargo, los beneficios de dejarlo están científicamente comprobados y, aunque no lo parezca durante los primeros días, en poco tiempo y con persistencia quienes dejan de fumar sienten los efectos positivos en su cuerpo.
Cuatro pasos
El primero tiene que ver con los costos. Hacer la cuenta de cuánto dinero se gasta en comprar paquetes, tabaco o papeles para armar cigarros puede servir para una suerte de golpe de realidad. En Argentina, un paquete de 20 cigarrillos cuesta hoy en torno a los 500 pesos.
Sin embargo, este costo pareciera ser menor al pensar en las consecuencias que la nicotina tiene para la propia salud pero, también, para la de los seres que nos rodean. Se sabe que tanto los fumadores activos como los pasivos tienen más riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, cáncer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC.
El segundo punto tiene que ver con lo que los profesionales denominaron madurez. Es decir, con el saber cuándo se estará realmente preparado para dejar de fumar. Es importante recordar que la adicción a la nicotina tiene que ver con las sensaciones de placer y la liberación de dopamina que produce en el cerebro. En este sentido, el solo pensar en esa abstinencia no es sencillo para el fumador.
Mucho menos es imposible. Por este motivo, y con ayuda profesional, es clave tomar en cuenta no solo los perjuicios del cigarrillo sino cómo la nicotina es la que, en cierto punto, tiene el control de la vida del fumador. En esta línea, es preciso tomar un compromiso real con uno mismo con el objetivo de comenzar a mejorar la propia calidad de vida.
El tercer paso del que hablan los profesionales se relaciona con la consciencia de que abandonar el cigarrillo no es algo que sucede de un día para otro sino de un proceso. Para ello, es clave comenzar a prepararse con la realización de una planificación con pasos concretos y posibles de cumplir.
Dentro de la misma es importante precisar el día en que se comenzará el camino. Antes de ello, una manera de incrementar el autocompromiso tiene que ver con comentar a amigos y conocidos sobre la decisión con el fin de que, entre otras cosas, sean su red de apoyo para los momentos críticos.
Por otro lado, antes de la fecha marcada, también se sugiere tener resueltas determinadas cuestiones que aparecen en el proceso de dejar de fumar. Uno tiene que ver con diseñar qué tipo de comidas o bebidas se elegirán o tendrán a la mano si la ansiedad por comer crece debido a la falta de nicotina. Tener refrigerios saludables a mano, masticar chicle, utilizar parches de nicotina y establecer estrategias para salir de los momentos difíciles como meditar, llamar a un amigo o salir a caminar también entran dentro de la planificación del proceso.
En este sentido y más allá de la contención de los vínculos más próximos, otra buena idea es buscar grupos de apoyo con personas en situaciones similares. Aquí también está la posibilidad de alguna terapia que colabore con la diminución del estrés.
La última recomendación está relacionada con los momentos de quiebre, desmotivación o tambaleo. Tener una recaída, fumarse uno o dos cigarrillos mientras se intenta dejarlo es normal en los procesos y no tiene por qué implicar un abandono del objetivo. Tal vez dentro de la planificación también se pueda contemplar la posibilidad de alguno de estos eventos sin que esto signifique tirar todo por la borda.
En este punto, los especialistas sugieren ser amable con un mismo, volver a empezar, revisar el plan para adaptarlo y sumar nuevas herramientas si fuera necesario. No castigarse y buscar más apoyo son otras formas de retomar el camino.
Fuente: Infobae