“La protección solar tiene que ser para toda la población, desde los bebés hasta las personas ancianas”. La afirmación es tajante y pertenece a la dermatóloga Valeria García Llaver (mat. 9509), quien aseguró que el sol es el agente principal que estimula y puede generar cáncer de piel.
Este tipo de cáncer –con diversos tipos y particularidades pero siempre relacionados con la exposición a la luz solar- es uno de los más extendidos en la población pos- 40 debido a lo poco difundidos que estaban los cuidados hace unos años. Más diseminados en la población mayor, lo cierto es que llegan pacientes cada vez más jóvenes a la consulta.
“Está probado que los niños que sufrieron quemaduras de sol o ampollas tienen mayor riesgo de contraer un cáncer en la adultez que quienes no han tenido este tipo de ‘accidentes’”, sostuvo la médica, que atiende en Dermalife de Ciudad y en el Instituto Médico Infantil de Rivadavia.
Por fortuna, las modas ya no están en los cuerpos y rostros ultra bronceados y cada vez hay mayor consciencia del uso de protector solar. Es que es muy riesgoso dejarse sorprender por el sol con lesiones que pueden tener graves consecuencias así como un gran impacto en el envejecimiento de la piel.
Las claves del protector solar
Aunque es cierto que las personas de tez oscura tiene mayor protección natural contra el sol que las rubias o coloradas, eso no quiere decir que las primeras no deban cuidarse o estén “salvadas” dela posibilidad de un cáncer de piel.
En este sentido, es importante utilizar una buena protección solar en los horarios de mayor incidencia de los rayos UVV. Es decir, factor 50 entre las 11 y las 17 en líneas generales; con extensión de una hora en los días de verano (entre las 10 y las 18).
Pero eso no es todo ya que el protector debe ser renovado cada dos horas y, en líneas generales, colocado media hora antes o de la exposición solar o de la llegada de la hora pico. Esto, pese a estar a la sombra ya que el sol siempre refracta y, aunque queme menos debajo de la sombrilla, quema igual.
Si bien los protectores de última generación pueden colocarse en el momento y los físicos –blancos, para personas alérgicas a los químicos y menores de dos años- lo ideal es observar la regla para evitar complicaciones sin sentido.
En relación a cuáles utilizar, la dermatóloga recomienda las primeras marcas, un poco más caras, por lo menos en la cara con mayor exposición al sol y tal vez alternar con otras para el resto del cuerpo.
Así, los productos importados tienen mayor calidad y aval así como algunos de laboratorios nacionales. En tanto, observó que hay nombres comerciales que no siempre dan tanta seguridad y las diferencias de precio no suelen ser abrumadoras.
Cuándo consultar
Una ventaja que puede tener el cáncer de piel en relación a otros tipos es que la piel se ve, no está escondida como otros órganos. Y, aunque el abanico es grande, hay dos que son más frecuentes.
Uno es el que puede comenzar cuando una lastimadura no se cura. Si nos lastimamos, la piel suele cicatrizar en dos semanas pero, si no lo hace, es un signo de alerta. O, si sale una costra pero pronto vuelve a sangrar en el mismo lugar, es un signo de alerta.
Los melanomas, en tanto, los cánceres de los lunares también pueden observarse cuando un lunar cambia de forma. El autocontrol de los propios lunares, conocerlos y saber si se modifican es una práctica de prevención que llevará a la consulta. Aunque estos cambios la mayoría de las veces no sean igual a cáncer, sí son signos de alerta que se saldarán en la consulta.
En líneas generales, es importante prestar atención a las lesiones de la piel. Sobre todo en las zonas con mayor exposición al sol como cara, orejas y pecho.