La cantidad de parejas con problemas de reproducción viene en aumento desde hace unos años y, según los especialistas, esto tiene que ver con la postergación de la maternidad en el tiempo.
En este sentido, si bien las mujeres no son menos fértiles que en otras épocas, si existe menos fecundidad.
Es decir, menos probabilidad de que una mujer se quede embarazada debido a que dichas posibilidades comienzan a disminuir a partir de los 30 años; que es cuando cada vez más parejas toman la decisión de tener hijos en el mundo occidental.
En este contexto, desde distintos organismos internacionales se ha hecho mención al freno en la tasa de crecimiento de la población mundial debido –entre otras cosas- a que mientras más grande, más difícil es quedar embarazada.
Una de las principales recomendaciones de los médicos es las mujeres conversen con sus ginecólogos y les soliciten una ecografía y un análisis con el fin de comprobar la reserva ovárica que poseen.
Además, si tienen planes de ser madres, estén o no en pareja, una alternativa no tan compleja y cada vez más utilizada es el congelamiento de óvulos que, con la actual técnica utilizada, se denomina vitrificación.
Se trata de hacer una supercongelación de los óvulos en poquísimos segundos para que el agua que tiene el óvulo no se convierta en hielo y no pierda sus propiedades básicas. Los óvulos vitrificados tienen la cualidad de mantener la fuerza que tenían a la edad de ser congelados.
Debido a que el procedimiento no es complejo, es algo que se practica cada vez más. Esto es porque brinda a la mujer la libertad de elegir cuándo ser madre.
Si bien la vitrificación no asegura un posterior embarazo, sí es una manera de sumar una importante opción a la hora de la maternidad después de los 35.
Mientras antes se haga el procedimiento, más juventud tendrán dichos óvulos y –por lo tanto- mayores chances de lograr un embarazo.
Hay que tener en cuenta que aunque muchas mujeres aplazan su maternidad por razones profesionales, un estudio de la Universidad de Yale publicado en 2018 sumó que la postergación tenía que ver más con la inestabilidad en las relaciones de pareja que con la priorización de la vida laboral.
En este sentido, el estudio expresó que las mujeres que congelaban sus óvulos, o eran solteras o estaban con una pareja que aún no “estaba lista para la paternidad”.
Los médicos sugieren realizar consultas, quitarse las dudas y no dejarse estar ya que tener óvulos congelados siempre es mejor que no tenerlos. Por otra parte, recomiendan acompañamiento psicológico para evitar auto reproches en el futuro.
Fuentes: Infobae y El Español