En tiempos es que internet llega a diversos ámbitos de la vida con el fin de facilitarla, mejorarla o hacerla más rápida –entre otras características- se observa un nuevo fenómeno asociado a la hipocondría, pero que no llega a los médicos sino que se queda en las búsquedas “sinfín” en internet.
Se llama cibercondría y es la ansiedad por el propio estado de salud a partir de excesivas búsquedas digitales. No se trata solo de ir a Google para ver de qué podría tratarse algún síntoma –algo que hacen cada vez más personas de todas las edades- sino del modo en que la información encontrada afecta la vida cotidiana e imprime un grado mayor de ansiedad en relación a lo que sentimos.
Aunque la cibercondría (CSS, según sus siglas en inglés) no siempre se convierte en un trastorno de salud mental, existen algunos parámetros que tornan el hábito de buscar información sobre lo que nos duele o molesta en internet en algo a lo que prestar atención:
- Cuando se hacen búsquedas a partir de cualquier sensación corporal inexplicable.
- Al acudir a la web en varias oportunidades para saber más sobre síntomas que ya se habían googleado.
- Sentir irritabilidad a partir de los resultados obtenidos.
- La baja en la preocupación latente en el mismo momento en el que el médico tira por tierra la información digital.
Círculo vicioso
La cibercondría puede alimentar, en cierto modo, a la hipocondría pero no son lo mismo ya que la segunda siempre va a terminar en un médico para preguntar, hacerse estudios y demostrar que realmente se está enfermo.
En tanto, las personas con CSS, en principio, se quedan con la información de la web, no para tranquilizarse sino, por el contrario, para incrementar el malestar inicial.
Quienes sufren de hipocondría entran en una suerte de círculo sin fin ya que no quieren enfermarse, pero están convencidos de que lo están y necesitan hacer algo para curarse. En este punto, la cibercondría nutre a la hipocondría debido a que mientras más información se busque, más probabilidades hay de que lo que se encuentra coincida con alguno de los propios síntomas.
“Cuanto más datos, más probabilidad hay de dar con algo con lo que la personas se identifican”, advierten los especialistas y agregan que el hecho de buscar en internet funciona como refuerzo a la ansiedad que se siente; lo que muestra el modo en que la virtualidad, el acceso a todo tipo de información y la necesidad de inmediatez impacta en la salud ya que las búsquedas se refuerzan a partir de redes sociales y el algoritmo, que enviará información similar a nuestro perfil.
En líneas generales, los especialistas coinciden en la importancia de que la opinión de los profesionales prime sobre el resto así como observar los sitios de donde se obtiene la información para aprender a reconocer la veracidad o seriedad de los diversos contenidos publicados.
La situación, si bien es emergente, podría contribuir a incrementar el presupuesto en el sistema de salud a partir de consultas y estudios tal vez innecesarios generados a partir de la cibercondría.
Fuente: La Nación