Uno de los daños colaterales más molestos derivados de las comilonas y excesos gastronómicos navideños son la inflamación y la sensación de hinchazón que la acompaña. Las ingestas de copiosas, los desacomodos de horarios y las reuniones que se multiplican son las principales causas. Sin embargo, no es necesario terminar en el médico o con malestar y es importante observar algunos cuidados.
Para los especialistas en nutrición, una de las claves para evitar o minimizar la inflamación es intentar asegurar al organismo todos los nutrientes esenciales. Esto es porque no hacerlo favorece tanto la inflamación como la incapacidad de movilizar la grasa acumulada. A partir de esta premisa, se pueden tener en cuenta algunos consejos relacionados con las comidas de fin de año.
Una estrategia para mantener a raya la inflamación sin renunciar a los placeres gastronómicos navideños pasa por ir equilibrando las ingestas. Así, si se sale a cenar, habría que intentar comer al mediodía lo más saludable posible y en ningún caso abandonar la rutina saludable habitual. Hay que tener en cuenta que, al fin y al cabo, los días festivos (y sus comidas especiales) en realidad son pocos, así que no hay razón para tirar todo por la borda en cuanto al control de los que comemos durante el resto de semana.
En cuanto a los alimentos pro-inflamatorios, se aconseja evitar al máximo los dulces típicos que deben moderarse y restringirse solo a la época festiva. Dosificar los dulces, tomándolos sólo en días especiales y también tener a mano otras alternativas saludables (postres ligeros, por ejemplo) para equilibrar la ingesta copiosa y el número total de calorías.
Ideas para los días posteriores
Una vez pasados los días de mayor intensidad, los especialistas en nutrición realizan las siguientes recomendaciones:
- Pausa + reset: Hay que dejar un descanso entre comida y comida, ya que el picoteo no es saludable.
- Carta blanca a los vegetales: Es conveniente aumentar la cantidad de fruta y verdura que se consume, ya que son alimentos que aportan fibra (un buen aliado de la digestión), vitaminas, minerales y antioxidantes, nutrientes todos ellos de los que solemos estar faltos tras los excesos.
- El poder de los probióticos: Se aconseja también tomar probióticos naturales a partir de alimentos como por ejemplo el kéfir o el yogur que mejoran las digestiones y refuerzan el sistema inmune.
- Ejercicio (de cualquier tipo) diario: Uno de los aspectos más importantes para evitar la inflamación es hacer deporte, moverse y potenciar la actividad física.
Fuente: Cuidate Plus