La enfermedad celíaca es una patología frecuente en los países occidentales se estima que afecta a entre un 0,5 y un 2,4% de la población. Por lo general se considera que está infradiagnosticada, aunque en la actualidad no es infrecuente que se establezca el diagnóstico erróneamente a menudo sin una consulta médica formal.
Puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, desde la infancia hasta la vejez, aunque la persona esté genéticamente predispuesta desde el nacimiento. Aunque en los adultos puede despertarse a partir de eventos como el estrés severo, infecciones, cirugía, o embarazo pueden activar la celiaquía en cualquier momento de la vida, incluso en aquellos que anteriormente consumían gluten sin problemas. Por este motivo y por los síntomas atípicos el diagnóstico puede ser tardío.
El gluten en estos pacientes también puede causar: Dermatitis herpetiforme, erupción cutánea pruriginosa y contribuir a la inflamación crónica, que exacerba problemas de salud generalizados y potencia la aparición de otras enfermedades autoinmunes. Por otro lado, señala la especialista, los pacientes celíacos también tienen un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer intestinal si la enfermedad no se controla con una dieta estricta sin gluten.
Síntomas
La sintomatología más destacada es la intestinal y es muy común la afección de otros órganos; por lo que tiene síntomas sistémicos muy variados. Los síntomas digestivos son los más evidentes y clásicos de la enfermedad celíaca y pueden incluir:
- Diarrea crónica: Esta no es una diarrea ocasional sino persistente, que suele ser voluminosa, maloliente y puede presentarse con grasa (esteatorrea).
- Distensión abdominal: Sensación de hinchazón o aumento de gas en el estómago, que a menudo es incómoda y visible.
- Dolor abdominal: Puede ser generalizado o específico en ciertas áreas del abdomen.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca se realiza mediante una combinación de pruebas serológicas (anticuerpos anti-transglutaminasa tisular, anti-endomisio) y confirmación por biopsia intestinal, que muestra la atrofia vellositaria característica de la enfermedad. Además, debe confirmarse la mejora clínica y histológica con una dieta estricta sin gluten.
El tratamiento de la enfermedad es llevar una dieta exenta de gluten de por vida. El cumplimiento de la dieta sin gluten no es fácil, por lo que no es suficiente con facilitar al paciente una hoja de instrucciones”. Es muy recomendable la participación de un nutricionista que no solo aconseje al paciente a corto plazo, sino probablemente a largo plazo y es que, como señala Esteban, es importante que la retirada del gluten se haga manteniendo una dieta adecuada, sin carencias nutricionales.
Fuente: Cuidate Plus