Cada tanto aparecen nuevas tendencias en el mundo de la educación física, la medicina y el bienestar. Uno de los últimos “gritos de la moda” es la llamada caminata del gorila, un tipo de andar que pone a prueba la fuerza, el equilibrio y coordinación. Inspirada en “El baile del gorila” que Melody creó en el año 2000 y se llamó de esta manera porque imita los movimientos de los primates.
Este tipo de caminata involucra los principales grupos de músculos del cuerpo aunque no es apta para personas con lesiones en tobillos, rodillas o cadera. El éxito de este ejercicio es que los que lo practican se divierten al tiempo que, al moverse como gorilas, utilizan todas las cadenas musculares. Es divertido y beneficioso dado que hace trabajar partes del organismo que no se ponen a prueba diariamente.
Los creadores aseguraron que los movimientos que hacen los primates son excelentes para desarrollar la movilidad de la cadera, los hombros y las muñecas además de trabajar los principales grupos de músculos del cuerpo, incluido el corazón. Este movimiento, podría ser lo que las personas necesitan para desarrollar más fuerza y una mejor movilidad sin ayuda de elementos externos como pesas o máquinas de gimnasio.
Se comienza en una posición de sentadilla baja con ambos talones plantados ligeramente más separados que el ancho de los hombros y las rodillas en la misma dirección que los dedos gordos del pie. La columna debe mantenerse neutra sin encorvarse. Una vez hecho eso, se comienza a balancear suavemente el cuerpo de un lado a otro permitiendo que los brazos se vuelvan pesados, pero manteniendo los hombros hacia atrás.
Las manos se posicionan frente a uno y la mayor fuerza para realizar el movimiento se hace con el núcleo. Las piernas deben seguir el movimiento del torso y brazos y se sugiere realizar el ejercicio en una dirección y luego regresar en la manera inversa.
Entre sus beneficios, quienes practican a diario este tipo de caminata destacan:
Mejora del equilibrio y la coordinación. De la misma manera, los simios exhiben una habilidad para balancear el peso entre brazos y piernas durante su desplazamiento, contribuyendo así a su estabilidad y equilibrio.
Trabaja la movilidad de la cadera. Pone en marcha los flexores y extensores de la cadera al implicar desplazamientos hacia delante, hacia atrás, de lado a lado y de forma rotacional.
Fortalece los hombros y las muñecas. No es casual que los gorilas tengan grandes brazos y se muestren musculosos. Esto sucede como consecuencia de caminar y balancear el peso de su cuerpo con los brazos.
Fuente: La Nación