La obesidad, definida como un trastorno caracterizado por niveles excesivos de grasa corporal que aumentan el riesgo de tener problemas de salud. En este marco, la guía española del manejo integral y multidisciplinar de la obesidad en personas adultas ha establecido más de un centenar de recomendaciones para abordar esta patología que afecta a un cuarto de la población mundial. Se trata de una enfermedad con altas proyecciones de avance por lo que se estima que en los próximos años el 40% de las personas serán obesas.
Con un gran impacto en la salud pública, la obesidad presenta desafíos que van más allá del descenso de peso y existe coincidencia en que es preciso reconocerla como una afección crónica y multifactorial. De este modo no solo intervienen factores genéticos sino también socioeconómicos, psicológicos, medioambientales, etc. A esto se le suma un aumento de alimentos calóricos y una disminución de la actividad física que impacta cada vez más en el aumento de personas con exceso de peso.
Por este motivo, los especialistas aseguran que la obesidad va mucho más allá de una pérdida de peso y que son muchos los puntos que hay que atender para combatirla. Uno de los primeros tiene que ver con la discriminación y el reconocimiento de que es una enfermedad crónica compleja. Dejar de estigmatizar al paciente e implicarlo en la toma de decisiones de forma consensuada con los profesionales sanitarios.
Por otro lado, no todas las personas tienen igual acceso a información y los tratamientos disponibles y diferenciados para hacer frente a esta enfermedad. Según los especialistas, incluso dentro del sistema médico, existe desinformación sobre esto lo que pospone aún más las posibilidades de intervención. De este modo, el nivel económico suele ser un freno al acceso de los tratamientos y, por ende, una barrera clave para esto.
Hay que tener en cuenta que más allá de las consecuencias en la salud de las personas obesas, el exceso de peso puede ser una puerta de entrada a una serie de cambios metabólicos que producen diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión y enfermedad vascular, cardíaca, cerebral, renal, etc. Así, el manejo de la obesidad tiene un alto impacto en la salud pública y privada así como consecuencias graves en, entre otras, enfermedades como la diabetes. De este modo, el peso nada tiene que ver con un tema estético sino que posee altas implicancias en la salud, enfermedades coronarias y posible discapacidad por enfermedades asociadas.
Otro problema es el aspecto crónico de la obesidad. Es decir que no se ciñe a un tratamiento puntual sino que requiere un seguimiento en el mediano y largo plazo. Entre las soluciones propuestas se destaca la cirugía bariátrica, un tratamiento seguro y efectivo que llega a una porción ínfima de la población. Esto porque, en líneas generales por la falta de información, acceso económico y dificultad de acceso a este y otros tratamientos.
Fuente: Cuidate Plus