Que las mujeres viven más que los hombres, es una realidad. Sin embargo, la diferencia entre ambos sexos es cada vez menor. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista PLoS ONE que investigó poblaciones de 194 países divididas en cinco ejes entre los que se destacan los ingresos.
En función de 9 indicadores de mortalidad, la investigación concluyó que los hombres han mejorado sus perspectivas de vida, en especial en las regiones de ingresos medios. Entre las causas principales se encuentra un aumento en la muerte de las mujeres debido a la mayor incidencia de enfermedades asociadas al consumo de tabaco como cánceres y problemas respiratorios.
De este modo, aunque el sexo femenino todavía lleva la delantera con relación a la cantidad de años que vive, al parecer la modernidad y otros cambios las han colocado en una suerte de desventaja en este sentido. Esto se suma al alargamiento de la expectativa de vida en líneas generales, lo que lleva a una mejora tanto en hombres como en mujeres.
Sin embargo, este achicamiento de la brecha no significa que los hombres vayan a vivir más que las mujeres debido a que, entre otros, hay una diferencia clave a favor del género femenino. La investigación también mencionó la existencia del cromosoma Y, cuya pérdida se asocia con un mayor riesgo de mortalidad y enfermedades relacionadas con la edad, como las cardiovasculares.
Durante su proceso de envejecimiento, los hombres pierden este cromosoma mientras que las mujeres lo conservan. Por ello, la distinta esperanza de vida entre ambos sexos se mantendrá en el futuro. Además, las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos que influyen en el metabolismo de las grasas y el colesterol de la sangre al tiempo que favorecen la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos y disminuyen la presión arterial.
Otros puntos importantes relacionados con una mejor perspectiva de vida del género femenino en comparación con el masculino tiene que ver con que, producto de condicionamientos sociales y costumbres, suelen observar mejores conductas alimenticias y de movimiento. Hábitos saludables si no se convierten en obsesión fruto de las exigencias con relación a la imagen.
Un aspecto “a favor” de los hombres, por otra parte, tiene que ver con que pese a que las mujeres viven más, suelen tener peor calidad de vida que los varones en los últimos años de vida. En este punto, tienen mayores probabilidades de ser más dependientes debido a secuelas incapacitantes en enfermedades que pueden resultar fulminantes para los hombres, pero no para las mujeres.
Fuente: Cuidate Plus