Cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. El agua hace posible que podamos eliminar los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones, mantiene la temperatura en niveles normales, lubrica y amortigua las articulaciones y, además, protege los tejidos sensibles.
Su falta puede provocar deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente agua en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar tu energía y causar cansancio.
Todos los días perdemos agua a través de la respiración, la transpiración, la orina. Para que el cuerpo funcione correctamente, debemos reponer el suministro de agua consumiendo bebidas y alimentos que la contengan.
¿Cuánto líquido necesita el adulto promedio y saludable que vive en un clima templado?
Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los EE. UU. determinaron que una ingesta diaria adecuada de líquidos consiste en:
- Aproximadamente 15,5 tazas (3,7 litros) de líquidos al día para los hombres
- Aproximadamente 11,5 tazas (2,7 litros) de líquidos al día para las mujeres
Estas recomendaciones cubren los líquidos del agua, otras bebidas y los alimentos. Aproximadamente el 20 % de la ingesta de líquidos diaria suele provenir de los alimentos y el resto de las bebidas.
La mayoría de las personas pueden mantenerse hidratadas bebiendo agua y otros líquidos siempre que sientan sed.
La ingesta total de líquidos dependerá de distintos factores:
- Ejercicio. Hacer cualquier actividad que nos haga sudar, necesitaremos beber agua adicional para cubrir la pérdida de líquidos. Es importante beber agua antes, durante y después de un entrenamiento.
- El entorno. El clima cálido o húmedo puede hacer sudar y exige que beber más líquido. La deshidratación también puede ocurrir a grandes altitudes.
- Salud general. El cuerpo pierde líquidos cuando hay fiebre, vómitos o diarrea. Beber más agua o seguir la recomendación de un médico de beber soluciones de rehidratación oral. Otras afecciones que pueden requerir una mayor ingesta de líquidos son las infecciones de la vejiga y los cálculos de las vías urinarias.
- El embarazo y la lactancia. Es posible que se necesite más líquido para mantenerse hidratada.
Beber demasiada agua rara vez es un problema para los adultos sanos y bien alimentados. En ocasiones, beber demasiada agua, los riñones no pueden deshacerse de ese exceso y el contenido de sodio en la sangre se diluye. Esto se conoce como hiponatriemia y puede poner en riesgo la vida.
La ingesta de líquidos probablemente sea adecuada si rara vez tienes sed y la orina es incolora o de color amarillo claro.
Para prevenir la deshidratación y asegurar que el cuerpo reciba los líquidos que necesita con cada comida y entre comidas. Antes, durante y después de hacer ejercicio y al tener sed.