En Estados Unidos y otras partes del mundo, las personas mayores son una de las poblaciones de consumidores de cannabis de más rápido crecimiento. El principal motivo de esta suerte de pase tiene que ver con una suerte de fracaso de los medicamentos tradicionales para afecciones relacionadas con el dolor o la ansiedad.
Entre otras problemáticas el cannabis los ayuda a dormir mejor, aliviar el dolor o tratar la ansiedad. Esto no quiere decir que las propiedades medicinales de la marihuana estén certificadas para los consumidores mayores. Este es uno de los principales motivos que impide que los médicos asesoren a sus pacientes sobre los beneficios y riesgos.
Por este motivo, las empresas de cannabis se han apresurado a llenar el vacío y ofrecen consejos sobre dosis o formulaciones. Si las personas tienen buenos resultados para sus dolencias, es común que entre amigos y familiares se recomienden entre ellos la utilización del cannabis y compartan las soluciones a problemas comunes.
En este marco, siempre es recomendable la consulta con el médico al tiempo que los adultos mayores deben ser conscientes de las posibles interacciones entre medicamentos. Además, es importante considerar cómo el cannabis puede afectar la cognición, la coordinación y el equilibrio.
Lo que hay que tener en cuenta para el consumo
Debido a que el cannabis es una planta muy compleja, hay que tener en cuenta algunos puntos a la hora de su consumo de manera medicinal:
- Empezar de a poco: Si un paciente quiere probar productos de cannabis que contienen THC, el Dr. Han recomienda comenzar con una dosis baja (generalmente de 1 miligramo a 2,5 miligramos) y luego “darle una semana” antes de tomar la decisión de aumentarla.
- Informarse. Acudir a dispensarios autorizados que vendan productos que hayan sido probados por un tercero. También familiarizarse con las regulaciones estatales.
- Consultar con el médico. Es un paso clave para no tener retrocesos o efectos secundarios.
Fuente: La Nación