La población envejece en todo el mundo con más rapidez que en el pasado, y esta transición demográfica afectará a casi todos los aspectos de la sociedad. El mundo se ha unido en torno a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todos los países y partes interesadas se han comprometido a no dejar a nadie desatendido y se han propuesto garantizar que todas las personas puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un entorno saludable.
Qué es el Envejecimiento Saludable?
El Envejecimiento Saludable es el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. La capacidad funcional consiste en tener los atributos que permiten a todas las personas ser y hacer lo que para ellas es importante.
La Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030) ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, las instituciones académicas, los medios de comunicación y el sector privado en torno a diez años de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.
Existen cinco dominios clave de la capacidad funcional, que los factores ambientales pueden ampliar o restringir. Estos son:
- satisfacer las necesidades básicas;
- aprender, crecer y tomar decisiones;
- tener movilidad;
- establecer y mantener relaciones,
- contribuir a la sociedad.
Vivir en entornos que apoyan y mantienen la capacidad intrínseca y la capacidad funcional es fundamental para el envejecimiento saludable. Diversos factores como la presencia de enfermedades, los traumatismos y los cambios relacionados con la edad influyen en la capacidad intrínseca.
La Década del Envejecimiento Saludable propone:
✓ Promover el envejecimiento saludable, porque es un requisito para garantizar vidas saludables, a través de la promoción del bienestar, la reducción de las desigualdades y la transformación de las ciudades para que sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
✓ Formular políticas basadas en la evidencia en todos los sectores que fortalezcan las capacidades de los adultos mayores.
Para envejecer de manera saludable es necesario comenzar a trabajar desde la juventud en seis aspectos fundamentales que conforman el estilo de vida:
Alimentación: A medida que se envejece se requieren menos calorías, pero aún es necesario obtener suficientes nutrientes. Un plan de alimentación saludable debe incluir alimentos ricos en nutrientes, pero sin adicionales e incluir frutas, verduras, granos integrales, carnes magras, lácteos descremados, legumbres, frutos secos y semillas), alimentos bajos en grasas y evitar calorías vacías y alimentos ultraprocesados.
Ejercicio: Para mantenerse saludable, según la OMS, se debe hacer al menos 150 minutos (2 ½ horas) a la semana de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 de alta intensidad y combinar con actividades de fuerza y equilibrio al menos dos días a la semana. Se debe comenzar de a poco y aumentar la frecuencia y la intensidad en forma progresiva.
Control del estrés: Es esencial combatir el estrés a través de actividades que mejoren la salud mental, desde la psicoterapia hasta la práctica de meditación, técnicas de relajación o mindfulness. Las personas que se involucran en pasatiempos y actividades sociales pueden tener un menor riesgo de desarrollar problemas de salud.
Cesación tabáquica: El hábito tabáquico está asociado a múltiples patologías, por lo que se contrapone con un envejecimiento saludable.
Sueño: El ritmo circadiano que regula la actividad de los diversos órganos y sistemas. Su alteración reduce los niveles de melatonina, que tiene efectos antioxidantes y por lo tanto afecta el envejecimiento celular. Es importante realizar una adecuada higiene del sueño evitando los ruidos, las luces y las pantallas, manteniendo un ambiente cómodo y agradable.
Relaciones interpersonales: Las personas que sostienen relaciones familiares armoniosas tienen más probabilidades de envejecer de manera saludable. En ausencia de ellas, las relaciones sociales pueden generar una «malla de seguridad» que proporciona recursos de apoyo a las personas. Estos son muy importantes, ya que muchas veces el Estado, las empresas o las organizaciones del tercer sector no los facilitan.
En conclusión, el envejecimiento saludable es un proceso que implica fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Se centra en cinco dominios clave: satisfacer las necesidades básicas, tomar decisiones, tener movilidad, establecer y mantener relaciones, y contribuir a la sociedad. Para lograrlo es fundamental trabajar desde la juventud en aspectos clave del estilo de vida.