El interés por la dieta comenzó en la década de 1950 cuando se observó que las enfermedades cardíacas no eran tan comunes en los países mediterráneos como en los EE. UU. Desde entonces, varios estudios confirman que esa dieta ayuda a prevenir las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
¿En qué consiste la Dieta Mediterránea?
La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo.
Los alimentos de origen vegetal, como cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias, son la base de la dieta y el aceite de oliva es la principal fuente de grasa agregada. Se incluyen con moderación el pescado, los mariscos, los lácteos y la carne de aves. Por el contrario, la carne roja y los dulces solo se comen ocasionalmente.
Grasas saludables en lugar de las no saludables
El aceite de oliva es la principal fuente de grasa agregada en la dieta mediterránea. Aporta grasas monoinsaturadas que reducen el colesterol total y los niveles de lipoproteínas de baja densidad (o colesterol “malo”). Los frutos secos y las semillas también contienen grasa monoinsaturada.
Los pescados grasos, como la caballa, el arenque, las sardinas, el atún blanco y el salmón, son ricos en ácidos grasos omega-3. Estas grasas poliinsaturadas ayudan a combatir la inflamación en el cuerpo.
Los ácidos grasos omega-3 también ayudan a disminuir los triglicéridos, reducen la coagulación de la sangre y el riesgo de accidentes cerebrovasculares e insuficiencias cardíacas.
Con respecto al vino, esta bebida suele asociarse con la dieta mediterránea. Puede incluirse, pero solo con moderación. Si bien el alcohol puede reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca, tiene otros riesgos para la salud.
Para ingresar en el estilo de esta dieta algunas recomendaciones son:
Preparar comidas en base a vegetales, frijoles (alubias, porotos) y cereales integrales.
Comer pescado al menos dos veces por semana.
Usar aceite de oliva para preparar las comidas.
Servir fruta fresca de postre.
Vivir al estilo mediterráneo también significa hacer actividad física.