Porotos, lentejas, garbanzos… las legumbres son las semillas secas maduras y limpias procedentes de la familia de las plantas leguminosas que suelen consumirse durante el invierno, pero son beneficiosas en todas las épocas del año. Son alimentos ricos en nutrientes que solo hay que hacer el hábito de sumar a la dieta diaria.
Una de las dudas que a veces se tiene acerca de este tipo de alimentos tiene que ver con el aporte que hace de calorías. Sin embargo, las llamadas “leguminosas grano”, o simplemente los granos, son bajas en grasas. Aquí entran lentejas, porotos de cualquier tipo y color, habas y garbanzos. Quedan afuera otro tipo de leguminosas que son las oleaginosas y entre las que se puede contar al maní.
En general, son alimentos nobles que, si tienen alguna contraindicación, está relacionada con intolerancias gástricas, intestinos irritables y molestias del estilo puntuales en las personas. En este caso, sin embargo, la incomodidad suele aparecer cuando se comen legumbres casi a diario y no semanalmente como se recomienda.
Las legumbres son ricas en carbohidratos complejos, con un aporte muy bajo en azúcares sencillos. Por este motivo, no solo son llenadoras sino también energéticas. Otro beneficio del consumo habitual de este alimento es que se han observado efectos positivos para la salud cardiovascular. También, se ha observado que son beneficiosas para disminuir el colesterol.
Cómo consumirlas
La creencia de que las legumbres son alimentos calóricos tal vez provenga del hecho de que, muchas veces, estos productos se comen en guisos que suelen estar acompañados de carnes grasosas o chorizos. Sin embargo, cocinadas solas o con verduras son una importante fuente de nutrientes de escasaz calorías.
Antes de cocinarlas, lo ideal es remojarlas durante unas 12 horas no solo para que se ablanden y sea más fácil su cocción sino porque de ese modo se eliminan los oligosacáridos que suelen producir gas y otras molestias.
Después, pueden comerse casi a diario a modo de ensalada o complemento así como preparadas con verduras, otros cereales y hasta con pescados. Para su consumo habitual es ideal prescindir de fuentes grasas poco saludables como la panceta, el chorizo y similares.
Una vez listo, una clave para disfrutar más de las legumbres es consumirlas despacio o tras una buena masticación con el objetivo de favorecer la digestión. En este punto, cocinarlas a fuego lento también favorece que sean más digeribles o digestivas. En este sentido, la realización de paté o hummus también es ideal para una mejor absorción.
Fuente: Cuidate Plus