El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados y concienciar de la necesidad de hacer donaciones regulares para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus productos.
La fecha de esta efeméride conmemora el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos, motivo por el cual se le concedió el Premio Nobel de Medicina en el año 1930.
Las transfusiones de sangre y sus productos ayudan a salvar millones de vidas al año. Contribuyen a que pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida, y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas. Asimismo, tienen una función vital en la atención maternoinfantil, el embarazo y las respuestas de emergencia a los desastres naturales o causados por el hombre.
Los servicios de sangre que permiten a los pacientes acceder a sangre y productos sanguíneos seguros en cantidades suficientes son un componente clave de los sistemas de salud eficaces. Solo se puede asegurar un suministro suficiente mediante donaciones regulares voluntarias y no remuneradas. No obstante, en muchos países los servicios de sangre siguen teniendo problemas para ofrecer sangre suficiente y garantizar su calidad y seguridad.
La sangre y los productos sanguíneos seguros, así como su transfusión, son un aspecto fundamental de la atención y la salud pública. Cada día permiten salvar millones de vidas y mejorar la salud y la calidad de vida de muchos pacientes. La necesidad de sangre es universal; la escasez de sangre es particularmente aguda en los países en desarrollo. Para garantizar que toda persona que necesite sangre segura pueda acceder a ella es preciso que en todos los países haya donantes voluntarios que donen sangre periódicamente.
Es importante concientizar sobre la importancia de la donación voluntaria y habitual de sangre. El objetivo, visibilizar la necesidad de contar con el 100% de donantes voluntarios y habituales para lograr abastecer al sistema provincial de sangre.
Actualmente el sector público cuenta con un 60%de donación voluntaria, lo que ha ido incrementando año a año gracias al altruismo de muchas personas que se comprometen con la donación de sangre.
¿Quiénes pueden donar?
Cualquier persona sana, entre 16 años y 65 años, que pese más de 50 kg y goce de buen estado de salud. El tiempo que debe transcurrir entre cada donación debe ser mayor a 8 semanas, teniendo en cuenta que las mujeres pueden hacerlo hasta 3 veces por año y los hombres hasta 4.
Una donación de sangre puede salvar hasta cuatro vidas, la sangre extraída es fraccionada en sus componentes principales: glóbulos rojos, plasma y plaquetas, que serán transfundidos a cada paciente en función de sus necesidades.