El regreso a la escuela y a las rutinas no solo tiene que ver con horarios y actividades luego de las vacaciones; lo que también abarca a la comida. El objetivo es que los chicos se alimenten de una manera más saludable sin tantas golosinas o ultraprocesados. Aquí, la propia organización para ofrecer comida hecha en casa o que no venga del quiosco de la esquina también es clave.
Una manera de comenzar el cambio de hábitos es que los más pequeños se animen a probar nuevos alimentos y no suponer que no les gusta. De hecho, hay que tener la paciencia para ofrecerles lo mismo con diversas preparaciones unas cuantas veces.
Entre las ideas para empezar a incorporar de a poco, aunque sin pausa, comida más sana está la de ofrecerles más de una opción saludable. El objetivo es que ellos puedan elegir entre diferentes alimentos que les hacen bien. Además es una manera de que ellos sientan que tienen el control.
Por otro lado, los cambios deben hacerse de forma gradual y empezar a incorporar nuevos ingredientes o modos de cocinar. Del mismo modo, achicar algunas porciones de manera progresiva ayudará a que las nuevas propuestas no sean negadas de plano.
En este sentido, no hay que relacionar la comida con la imagen corporal sino incentivarlos a comer sano porque eso los hará sentirse bien, estar fuertes y con energía. Por otra parte, vincular lo que se come con el hecho de tener o no sobrepeso puede implicar entrar en un terreno nada productivo y hasta puede incentivar el deseo por lo “prohibido”.
Una idea que hay que poner siempre en práctica es la de dar el ejemplo y tener en casa una mayor cantidad de alimentos saludables que de los otros para los momentos de hambre. Si los adultos comen bien, es más fácil que los niños también lo hagan.
Si ellos participan de las compras y de la preparación de la comida es más sencillo que se interesen por la comida saludable ya que a los chicos les gusta formar parte de las decisiones. A través del juego y de otorgarles ciertas responsabilidades según la edad, pueden aprender cómo funciona el organismo y cuáles son los platos que más les convienen.
Algunas ideas para la merienda
Sándwiches con pedacitos de pollo, tomate, queso, palta o zanahoria rallada es una de las opciones. Tomates cherry, pedacitos de fruta y hasta zahanoria cruda o cocida en bastoncitos o rodajas también son posibilidades sencillas y saludables. El secreto para que sean originales es cortarlos con formitas divertidas.
Huevo duro, maní sin sal y frutos secos si a los chicos les gusta. Por otro lado, la comida casera con algún bizcochuelo, galletas o muffins que tengan avena y hasta alguna fruta o verdura también son opciones que no llevan mucho tiempo. A esto podemos sumar el pororó casero. Es posible realizar las preparaciones con ellos y así se interesarán aún más.
Por otro lado, elegir las harinas integrales y evitar cualquier tipo de bebida como jugos para preferir el agua son otras ideas para mejorar la dieta de los chicos en la escuela. Siempre recordar el lavado de manos antes de comer así como en el momento de realizar las preparaciones.
Fuente: Infobae