El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. El golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más. Para evitarlo, la doctora Virginia Orrillo comparte algunas recomendaciones y cómo prevenir esta afección que es más frecuente en los meses de verano.
La alta temperatura ambiental, con o sin humedad, produce que se acumule calor en el cuerpo y el organismo siendo incapaz de eliminarlo generando hipertemia con síntomas neurológicos, explica Virginia Orrillo, médica pedíatra y nefróloga.
El golpe de calor es la acumulación de calor corporal en un nivel que sobrepasa lo que el cuerpo es capaz de eliminar a través de la transpiración .
Genera hipertermia severa principalmente en bebes (menores de 5 años) ancianos, embarazadas y en personas con enfermedades cardíacas y respiratorias, renales crónicas diabéticos, obesidad, enfermedades neurológicas y psiquiátricas crónicas. Por otro lado, está la asociada a la práctica de actividad física prolongada, que afecta a adultos jóvenes y sanos.
La temperatura corporal puede llegar a subir hasta los 40°C. pudiendo ocasionar síntomas neurológicos: cefalea, deterioro del nivel de conciencia, alucinaciones, confusión, agitación o letargo, convulsiones, debilidad, mareos, náuseas, calambres musculares ,cuadro sincopales ,taquicardia e hiperventilación, comenta la doctora Virginia Orillo.
La piel roja, húmeda o seca, según el grado de hidratación de cada uno, en algunos pacientes se puede desarrollar un edema pulmonar, con sensación de falta de aire.
Nuestro cuerpo es termorregulador es decir tiene la capacidad de regular automáticamente su temperatura corporal que oscila entre los 36 y 37,5°C controlada por el hipotálamo. Pero, cuando la temperatura exterior es elevada, se puede producir una falla en el metabolismo y el organismo pierde la autonomía para eliminar el calor” destaca Orillo.
El calor del cuerpo se elimina al medio de distintas formas: la evaporación es el principal proceso, pero falla cuando la humedad ambiental está por encima del 75%” luego, está el mecanismo de convección, que es cuando hay transferencia del calor producto del paso de una corriente de aire más fría, y por último la conducción, que remite a cuando algo frío toca la piel. De todas maneras, ambas “pierden efectividad cuando la temperatura ambiental es mayor a la del cuerpo”
Los síntomas son:
- Sudoración excesiva
- Sed intensa y sequedad en la boca
- Deshidratación
- En los bebés piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas y pliegues del codo , molestos ,irritables .
- Piel pálida.
- Calambres musculares.
- Agotamiento, cansancio o debilidad, mareos y desmayos.
- Dolor de estómago, cefaleas, falta de apetito, náuseas y/o vómitos
- síntomas neurológicos : deterioro de conciencia , confusión , alucinaciones , convulsiones.
La doctora, Virginia Orillo, también destaca la importancia de llevar a la persona a un lugar a la sombra, fresco ventilado, sacarle la ropa y mojarlo con una toalla húmeda con agua en la zona de la nuca, axilas e ingle. Tratar que tome agua fría despacio para que no provocar vómitos, además de procurar que reciba atención médica.
Para prevenir las recomendaciones son; tomar abundante agua, evitando las bebidas muy azucaradas y con cafeína, entre 2 a 3.5 litros por día dependiendo de la patología de base. Vestirse con ropa holgada, liviana de algodón y colores claros.
“En los niños es importante ofrecerles continuamente líquidos preferentemente agua y jugos naturales. En lactantes darles el pecho de forma más frecuente. vestirlos con ropa liviana de algodón y colores claros y bañarlos o mojarlos frecuentemente, por último, evitar las horas de sol (entre las 10 y 16 horas).
Estar en lugares ventilados o con aire acondicionado, bajar las persianas durante las horas de calor en casa. Alimentarse con ensaladas, verduras y frutas y evitar alimentos ultraprocesados.
Hacer actividad física en áreas cerradas con aire acondicionado, evitar estar al aire libre entre las horas de más calor entre 12 a las 17 y usar protector solar cada 2 horas.
Debemos tener en cuenta que algunos medicamentos pueden influir en el estado de hidratación y/o trastornos electrolíticos; los que pueden afectar la función renal; los fármacos que presentan un perfil farmacocinético que puede verse afectado por la deshidratación y aquellos que pueden alterar la termorregulación central o periférica. Asimismo, es importante prestar atención a los medicamentos que pueden inducir una hipertermia.
El calor puede afectar directamente a los medicamentos expuestos a altas temperaturas, haciendo que pierda su efecto o pueda provocar efectos adversos, por lo cual deben estar en lugares frescos y secos” señaló la especialista.
Y señala que los tratamientos para hipertensión (captopril, enalapril o losartan) “pueden producir o agravar un síndrome de agotamiento-deshidratación o golpe de calor provocando alteraciones en la hidratación y/o trastornos electrolíticos y pueden afectar la función renal”
“La aspirina o el ibuprofeno, entre otros, también pueden alterar la función renal (entre otros motivos porque disminuyen el flujo sanguíneo renal) y agravar el efecto del calor. Asimismo, hay medicamentos que pueden impedir la pérdida calórica, como aquellos con propiedades anticolinérgicas (algunos antidepresivos, antihistamínicos, anti parkinsonianos, entre otros). A esta pérdida calórica también contribuyen fármacos como los vasoconstrictores y algunos antimigrañosos” expresa la pediatra.
Por último, la doctora Orillo comenta que “hay medicamentos que pueden producir hipertermia, es decir, un aumento de la temperatura corporal y otros grupos pueden agravar los efectos del calor al bajar la presión arterial y alterar el estado de vigilia, como el diazepam o bromazepam. A ellos, se suman otros como los antiácidos y laxantes con sales de magnesio con riesgo de deshidratación por diarrea osmótica.