El glaucoma es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una enfermedad que afecta al nervio óptico de forma progresiva y que aparece cuando la presión ocular está por encima de la normal. Según el Organismo, es la segunda causa de ceguera en el mundo, después de las cataratas.
El 12 de marzo es el Día del Glaucoma que busca concientizar sobre la importancia de acudir al oftalmólogo de manera anual. Esto es porque, entre otras cosas, esta enfermedad no presenta síntoma alguno hasta que se encuentra muy avanzada. Este tipo de afección ocular puede dañar al nervio óptico que envía las imágenes que se ven al cerebro. Con frecuencia, el daño del nervio óptico es causado por el aumento de la presión en el ojo.
Existen cuatro tipos distintos de glaucoma y se clasifican a partir del daño que se produce en el nervio óptico. El primero y más habitual es el Ángulo Abierto, en el que la presión intraocular aumenta lentamente. Suele ser hereditario y, mientras avanza sin el tratamiento adecuado, puede producir ceguera.
El segundo tipo es el Ángulo Cerrado . Es el que aparece de manera repentina al aumentar la presión intraocular. Provoca visión borrosa, dolor intenso y sensación de inflación. En este caso, es probable que si aparece en un ojo, pronto se hará presente en el otro.
El glaucoma Congénito aparece en los primeros meses de vida y sus síntomas son agrandamiento del ojo, sensibilidad a la luz y lagrimeo. Por último, el tipo Secundario se origina a partir de otras enfermedades oculares.
En líneas generales, aunque esta enfermedad puede desencadenare a cualquier edad, existen algunos factores de riesgo a tener en cuenta: factor hereditario, personas que posean córneas finas o la enfermedad llamada pseudo exfoliación, hombre y mujeres con miopía, diabetes o presión intraocular elevada, mayores de 60 años.
Visita regular al oftalmólogo
Si bien en casi todos los casos la visita regular al profesional es una de las recomendaciones principales, en el caso del glaucoma esto se intensifica debido a dos motivos. El primero es la falta de síntomas mencionados y el segundo es que el hábito del control ocular no está tan arraigado en la población como otros tipos.
La principal medida preventiva es la realización del examen clínico completo que, entre otros controles, mide la presión intraocular así como la evaluación del nervio óptico a través del fondo de ojo. Con ese sencillo examen, los médicos pueden saber si existe indicio de esta enfermedad para comenzar con el tratamiento adecuado.
Es importante aclarar que, una vez manifestada la enfermedad, la persona se encamina hacia la pérdida de visión. No obstante, con los controles y los cuidados específicos se puede frenar el avance de los daños.
En Mendoza, en el hospital Central se puede obtener atención gratuita así como se realizan los exámenes complementarios de utilidad para el diagnóstico y seguimiento del glaucoma”.
Fuente: Ministerio Salud Mendoza