Aunque en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitó la eliminación completa de las grasas trans para fines de 2023, esta petición cuenta con pocos países adeptos a nivel mundial. La justificación del organismo es contundente: “Las grasas trans son letales: hasta 500 000 personas mueren cada año en todo el mundo debido a las consecuencias que acarrea su ingesta, principalmente las cardiopatías coronarias”.
Un documento reciente elaborado por el organismo, explicó que la industria utiliza la grasa hidrogenada (más barata que otro tipo de sustancias) debido a que evita que el producto tenga un aspecto y una consistencia más aceitosa. Además, sirven para que los alimentos alarguen el período de conservación de los procesados.
En este sentido, la OMS asegura que las grasas trans no tienen ningún beneficio para la salud y que se pueden reemplazar fácilmente por otros ingredientes de mayor versatilidad y, por supuesto, más sanos como aceites vegetales parcialmente hidrogenados o aceites vegetales más saludables.
Más allá de esto y de que muchas personas conocen las consecuencias negativas de su consumo, es importante tener claro en dónde están estas grasas debido a que a veces aparecen en productos que no siempre se relacionan con lo no saludable. Por este motivo, la recomendación es ingerir menos de dos gramos diarios de este tipo de grasas ya que con solo cinco gramos al día aumenta un 25 por ciento el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
En este sentido, los especialistas piden legislaciones específicas que regulen y desarrollen la normativa del etiquetado nutricional para que la composición de las grasas trans de cada alimento sea conocida por el consumidor para poder consumir menos del dos por ciento sugerido de manera más sencilla.
En dónde están
Es que muchos tienen claro que se encuentran en alimentos procesados y ultraprocesados como papas fritas, galletas dulces o saladas, productos procesados con harina y muchos otros. Sin embargo, su utilización está tan difundida en la industria que también se encuentran en productos que se consideran saludables.
Así, algunos alimentos de origen animal como leche y derivados, grasa o carne que tenga algún tipo de masa pueden pueden contener grasas transde manera natural. El aceite de oliva también puede aportar pequeñas cantidades de hidrogenadas. En estos casos, lo más importante es evitar las frituras repetidas, que es lo que genera la formación de trans.
Por otra parte, estas grasas también están presentes en snacks como pororó de bolsa o para microondas, papas fritas de bolsa y papas congeladas. También están los productos precocinados como croquetas, empanadas, pizzas, canelones, lasaña y otras pastas así como en las galletas saladas (incluidas las con salvado o sin sal) y dulces.
El pan tostado industrial, la masa fresca para cocinar y los helados, pero también están en la leche en polvo y productos que la contienen como yogures, embutidos, salchichas, café con leche de máquinas dispensadoras, etc.
Por último, también se pueden mencionar las mayonesas, el chocolate, las conservas de pescado como las sardinas y el atún así como los caldos, sopas y cremas precocinadas.
Fuente: Cuidate Plus