La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al Envejecimiento Saludable como el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Y aunque no a todos les resulta sencillo realizar el paso a la jubilación, existen algunas claves que puede facilitar este tránsito.
Hay que tener en cuenta que las personas llegan con mayor frecuencia al momento de dejar de trabajar de una manera más activa y saludable. Por este motivo, cada vez son más quienes lejos de sentirse “grandes”, sienten deseos de aprendizajes y nuevas experiencias.
En esta etapa de la vida los especialistas hablan de bienestar y lo relacionan con ideas como la felicidad, la satisfacción y la tranquilidad. Esto en un contexto en que las personas mayores pueden tener independencia y capacidad funcional así como vivir solas y hasta incursionar en actividades nuevas.
Desde la psicología del bienestar existen algunos consejos para quienes están en el paso hacia la jubilación.
El primero es incluir en la rutina actividades placenteras como leer, cocinar, escribir, caminar o cualquiera que sea agradable. Es importante que puedan ser realizadas de manera frecuente y se adapten a los gustos y posibilidades de cada uno.
La segunda recomendación tiene que ver con mantenerse en contacto con su círculo social principal como amigos y familia. También se puede ampliar o fomentar conversaciones o contactos con personas no tan “íntimas” pero sí cercanas como vecinos y comerciantes de la zona. Además, generar espacios de interacción como grupos de caminatas, paseos o idiomas también sirve para estos fines.
Como tercer punto, los especialistas hablan de la posibilidad de aprender cosas nuevas o de crear espacios para recordar o mejorar habilidades perdidas en su momento a manos del trajín laboral. No es sencillo salir de las propias autolimitaciones, pero los profesionales ponen especial acento en que el aprendizaje es un punto de movimiento físico y mental.
Una cuarta idea está relacionada con la realización de actividades con propósito. Es decir, que puedan hacer una pequeña o gran diferencia dentro de la comunidad. Aquí el rango es tan amplio como el cuidado de niños o nietos hasta el aporte o la participación en diversos grupos de ayuda que pueden brindar gran satisfacción.
Por último, el estilo de vida activo es el consejo más importante. No se trata de realizar actividades a tontas y a locas o de pretender mantener un ritmo de una década atrás sino de que las mismas tareas del hogar, compras o cuidado personal sean realizadas de manera autónoma y saludable.
En función de las propias capacidades, gustos y particularidades lo principal es mantener un estilo de vida activo. Del mismo modo, poder adaptar estas recomendaciones a las necesidades e intereses propios.
Fuente: Infobae