Sucedió en España y es uno de los tantos ejemplos en los que la mirada humana hacia los pacientes puede transformar su calidad de vida al mismo tiempo que aumentar el bienestar integral de las personas.
Se trata de la experiencia realizada por el personal del Centro Casaverde en Villa de Catral (Alicante) en donde pudieron facilitar la comunicación y –por tanto la relación- entre Luis y su hija Estefanía; ambos residentes del lugar.
En medio de un proceso de demencia debido a su edad, al hombre le costaba comunicarse con su hija, quien tiene síndrome de Down. Esta situación aumentaba la ansiedad de Luis y angustiaba a Estefanía con las consiguientes consecuencias en ambas calidades de vida en líneas generales.
En este contexto, una de las psicólogas del Centro, ideó un sistema simple pero muy efectivo que fue dibujar un corazón con el fin de que Luis pudiera relacionarlo con la posibilidad de ver a su hija debido a que las ventanas de sus habitaciones se encuentran enfrentadas.
“Como distintivo escogimos un corazón pintado de color rojo en la ventana de su hija y a Luis le colocamos un mensaje en la pared para que entendiera que si se asomaba a la ventana, vería un corazón y que allí estaba su hija. Además, le dimos otro mensaje que decía que si quería ver a Estefanía, se lo dijera a un auxiliar del centro, que se comunicaría con los cuidadores de su hija para que se asomara a la ventana de la habitación”, contó la psicóloga del Casaverde.
De este modo, el padre puede ver a su hija cuando quiere y la necesita; lo que ha generado un proceso beneficioso para ambos porque hacen salidas y excursiones juntos. Esto ha redundado en una mayor felicidad, ayuda mutua y, por tanto, en una mejor calidad de vida.
Humanizar los procesos de atención
Al respecto, la licenciada en psicología Alejandra Morales (mat. 3992) expresó que este tipo de experiencias muestran, una vez más, la importancia de la humanización en la atención de la persona enferma y su consiguiente impacto en el bienestar integral.
“Es un ejemplo de la puesta en acción de estrategias dirigidas a promover los valores humanos, a través de la observación y la escucha atenta”, precisó la psicóloga. Agregó que es clave considerar las necesidades particulares de cada paciente así como establecer normas de atención respetuosas, con foco en la convivencia y en un contexto de calidez generalizada.
Desde el Centro Casaverde aseguraron que allí se practica el Modelo de Atención Centrado en la Persona, donde se promueve la humanización en los cuidados y la continuidad del proyecto de vida en el ámbito de la diversidad funcional, con la búsqueda de la calidad de vida y resultados en salud que promueva la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este sentido, Morales destacó la importancia del rol que desempeña cada profesional de la salud en su área específica con el objetivo de llevar a cabo procesos de humanización en la atención que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.