Los calambres son contracciones involuntarias y dolorosas de un músculo o grupo de músculos. Aunque las piernas suelen ser las más afectadas, cualquier parte del cuerpo puede sufrir este tipo de afección que, si bien no es grave, puede generar diversos inconvenientes secundarios que impactan en la calidad de vida.
Se trata de una afección bastante frecuente con especial incidencia en embarazadas y personar mayores de 65. Su origen no está claro pero, en general, se cree que una de sus principales causas tiene que ver con el esfuerzo excesivo por motivos diversos. De este modo, al utilizar el músculo de manera más intensa que otras veces, es posible que el mismo se deshidrate o se tense en demasía.
Otros factores de los calambres se relacionan con obesidad, insomnio, ansiedad, consumo de alcohol, ejercicio extremo, haber sufrido anginas o infartos previos. Los diuréticos y algunos tratamientos hormonales también podrían ser factores predisponentes de la este tipo de tensión muscular que puede llegar a ser muy dolorosa.
Recomendaciones de prevención
Cuádriceps y gemelos son los músculos más afectados por los calambres que, aunque no revisten gravedad, deben tener la consulta correspondiente si se repiten con frecuencia, el dolor es muy fuerte o aparece algún tipo de enrojecimiento o hinchazón en la zona. Modificaciones o debilitamiento en el tono muscular también puede ser un signo para consultar.
En esta línea, un punto importante para prevenir los calambres es elongar o estirar los músculos antes o después de las actividades. En especial de los músculos susceptibles de acalambrarse.
En este sentido, quienes tienen tendencia, pueden realizar estiramientos antes de acostarse así como estar atentos al sobre esfuerzo ay al clima a la hora de ejercitarse. Hay que tener en cuenta que el clima extremo, tanto frío como caluroso, puede ser un factor de riesgo. Colocarse las piernas en alto o sumar calor suave o frío de manera indirecta también son maneras de contribuir a moderar los calambres.
En general y con especial énfasis en los días calurosos, la hidratación adecuada así como la ingesta de sales minerales es otra manera de prevenir calambres. En relación a lo que se come o bebe, aquí hay algunas recomendaciones específicas: una es tener una fruta siempre a mano para reponer carbohidratos. Otra es evitar o disminuir el consumo de alcohol ya que se trata de un factor que puede incrementarlos así como disminuir lo más posibles el chocolate y el café.
Por último, en el momento en que aparece un calambre muscular hay que intentar estirarse de forma suave para poder incorporarse lentamente y, de ser posible, apoyar para poder extender la extremidad. La realización de un masaje descontracturante así como movimientos lentos sirve para aflojar la tensión. Más tarde, colocar frío o calor de manera moderada es útil para aliviar el músculo.
Fuente: Cuidate Plus