El alto volumen al que muchos jóvenes escuchan música en sus auriculares, puede hacerlos perder parte de su audición. Así lo señaló un informe del Departamento de Otorrinolaringología Cirugía de Cabeza y Cuello de Universidad Médica de Carolina del Sur (Estados Unidos) titulado “Prevalencia y estimaciones globales de prácticas de escucha inseguras en adolescentes y adultos jóvenes”.
El trabajo contó con la dirección de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y revisó datos de 33 estudios sobre pérdida auditiva durante las últimas dos décadas. A través de los mismos, se abarcaron a unas 19.000 personas. La conclusión principal fue la importancia de promover prácticas de escucha más segura debido a que los decibeles altos ponen en peligro al oído.
Según la OMS, más de 1000 millones de personas de entre 12 y 35 años corren el riesgo de perder la audición debido a la exposición prolongada y excesiva a música fuerte y otros sonidos recreativos, lo que puede acarrear consecuencias devastadoras para su salud física y mental así como educación y perspectivas de empleo.
En este contexto, se explicó que quienes escuchan música con auriculares suelen hacerlo a unos 105 decibeles y que los niveles de ruido en los lugares de entretenimiento oscilan, en promedio, entre 104 y 112 decibeles. Se trata de números mucho mayores a los considerados “seguros”. Estos no superan los 70 decibeles.
Según la explicación de los especialistas, la exposición prolongada o repetida a sonidos de 85 decibeles o más puede causar pérdida de la audición. En este sentido, mientras más alto es el volumen, más rápido sucederá la pérdida de audición. Por este motivo, es clave bajar los decibeles a los denominados “niveles ambiente”.
Escuchar sin riesgos es uno de los lemas promovidos por la Organización de la Salud y busca mejorar las prácticas de escucha, especialmente entre los jóvenes, apoyándose en las últimas evidencias sobre el impacto del volumen en los oídos. Para ello, el organismo mundial ha buscado el apoyo de las diferentes partes interesadas. No solo la educativa sino también los gobiernos, la industria, los consumidores y la sociedad civil.
Cómo cuidar los oídos
En el caso de los conciertos o lugares bailables, la recomendación es o alejarse de los parlantes o tomar descansos con salidas del lugar. También se pueden utilizar tapones para los oídos con el fin de atenuar la sobrecarga auditiva.
El prestar atención a los celulares que notifican al usuario cuando el volumen es mayor a lo esperado es otra opción para evitar la sobreexposición. En 2019, la OMS publicó la norma mundial para dispositivos y sistemas de audio personales de escucha segura, que se aplica actualmente en algunos productos ampliamente comercializados y ofrece a los usuarios la posibilidad de supervisar y moderar sus hábitos de escucha, en particular los niveles de sonido y el tiempo de exposición.
Dentro de los hogares, la costumbre de escuchar música o televisión a volúmenes aceptables también es un hábito que se impone desde pequeños con el fin del autocuidado auditivo.
Por último, es clave que las fábricas y lugares de trabajo en donde los empleados están bajo altos niveles de ruido, gestionen medidas de seguridad auditiva y que, por su parte, los gobiernos de los distintos países observen este cumplimiento no solo en empresas sino en los sitios de entretenimiento.
Fuente: Ámbito Financiero y OMS