Cada vez más, las personas toman consciencia de la importancia de la actividad física y eso ha llegado al rostro. Cuando antes se pensaba que solo se “arreglaba” con cremas o cirugías, ahora también se sabe que hay que tonificar los músculos de la cara.
Con el paso del tiempo, las líneas de expresión se acentúan y los pómulos, párpados o frente también se ponen flácidos debido a que los músculos pierden volumen. Por este motivo, la gimnasia facial es una tendencia que apunta a tonificar el rostro con el objetivo de que no caigan ni formen arrugas.
Como toda actividad física, esta gimnasia requiere perseverancia y, en lo posible, realizarla todos los días o recordar hacer algunos ejercicios en los tiempos muertos: mientras se conduce, cocina o toma un descanso frente a la computadora.
No se requiere de demasiado tiempo por día, pero sí realizarla la mayor veces de días posibles (al menos cinco por semana) entre 10 minutos y 20 minutos. Los ejercicios no son difíciles ni requieren demasiado esfuerzo, pero sí la disciplina de realizarlos.
Quienes lo practican han observado grandes resultados. Lo más importante es que se pueden hacer en casa y no son necesarias grandes inversiones de dinero para lograrlo.
Autoconsciencia y tonificación muscular
Aunque se puede buscar acompañamiento personalizado, en youtube se pueden encontrar diversas rutinas que combinan automasajes y ejercicios para tonificar o modificar algunas líneas de expresión.
Aunque el trabajo sobre labios, pómulos y mirada son los más comunes, los especialistas advierten que hay que trabajar todos los grupos musculares desde el cuello hasta la frente. También se pueden fortalecer los párpados, suavizar el entrecejo y tensar la papada.
Además de darle fuerza al rostro, la gimnasia sirve para mejorar la circulación de la cara lo que implica más nutrientes y oxígeno para las células de esta parte del cuerpo. Además, se estimula el sistema linfático.
De este modo, aunque las arrugas pueden ser indicadores del paso del tiempo, es más importante esa suerte de tonicidad del rostro ya que es la firmeza lo que mayor “juventu” transmite.
Por otra parte, la cara refleja los años y también gestos arraigados en las personas al trazar líneas de expresión, pliegues o descolgamientos en zonas específicas para cada persona.
De la mano de la gimnasia facial aparece el yoga facial que es similar, pero hace hincapié en hacer más conscientes los gestos habituales y las tensiones para poder, luego, modificarlos. El objetivo es prestar atención, autoobservarse y cuidarse para realizar un cambio.
Lo más importante de la gimnasia facial es que cualquier persona la puede hacer y no tiene ningún tipo de contraindicación.