El crecimiento y desarrollo de nuestra vida es un proceso que cuenta con numerosas experiencias personales, familiares y grupales de diversión, alegría, aprendizajes, compañerismo y solidaridad. En ese sentido, constantemente disfrutamos de momentos y todos los días nos ofrecen desafíos para crecer y disfrutar.
Para poder aprovechar todos esos momentos con tranquilidad, garantía y respaldo una recomendación clave es contratar un seguro de vida que otorgue una cobertura ante posibles dificultades y adversidades. Se trata de una herramienta que brinda respaldo económico al grupo familiar frente a fallecimientos, enfermedades o accidentes que puedan ocasionar la reducción o pérdida de ingresos de un integrante de la familia.
El trámite de contratar seguro de vida es simple, rápido y al instante empezás a contar con la cobertura. La misma es una protección que, frente al fallecimiento del titular del seguro, sostiene los ingresos económicos para sus beneficiarios.
El seguro de vida que vayas a contratar establece un acuerdo con la compañía aseguradora a partir de abonar un monto mensual. En ese sentido, las cifras van a estar sujetas a determinados criterios de análisis y medidas que están relacionadas, entre algunos otros criterios, con la edad que tengas al momento de adquirir el seguro y tu historial clínico.
Cuando un seguro de vida se hace efectivo, la protección incluye a la persona titular y a quienes se declaren en los trámites de contratación como beneficiarios frente a accidentes o muerte. Si bien la situación puede resultar desgastante y angustiante, es necesario cumplir los pasos del procedimiento para acceder con normalidad a los recursos del seguro.
Ante el fallecimiento, las personas citadas como beneficiarias, tienen que realizar una denuncia y adjuntar la documentación correspondiente. Entre los papeles están: actas de nacimiento de hijos e hijas, acta de matrimonio para esposa/o en el caso de cónyuges, documento de convivencia, el certificado de defunción y los documentos de las personas beneficiarias.
¿Cómo funciona el seguro de vida?
Uno de los pasos fundamentales es llevar a cabo una declaración precisa y eficiente de los beneficiarios asegurados. Los mismos van a poder cambiarse en el transcurso del contrato realizado pero si no existe dicha declaración quienes pasan a cobrar el seguro de vida son las personas que figuren como herederos legales.
El procedimiento para cobrar el seguro de vida consta de la presentación de un acta de defunción. En el caso que la muerte haya sido de carácter traumático o a raíz de un accidente, existe la obligatoriedad de adjuntar la copia de la causa penal que explique lo sucedido.
La documentación se debe entregar a las 72 horas que ocurrió el deceso y luego de presentarla la compañía va a ponerse en comunicación con los beneficiarios en un plazo de tres días y acordar los mecanismos de pago del seguro de vida contratado por el titular.
El requisito para poder contratar el servicio del seguro es una edad máxima de ingreso de 59 años y una edad máxima de permanencia de 64 años. A su vez, la persona que contrata la póliza no debe hacerse chequeos médicos para contar con la cobertura, tan solo presentar una declaración de salud respondiendo una serie de preguntas.
En cuanto al beneficio, el mismo lo obtienen la/s persona/s que son declaradas por el titular como autorizadas a cobrar el monto en el caso que ocurran accidentes o el fallecimiento. En este sentido, es posible efectuar un trámite para agregar, cambiar o modificar a los beneficiarios que van a cobrar el seguro de vida y no es una condición obligatoria que se asignen a los familiares directos o herederos.
El servicio cuenta con una serie de asistencias como pueden ser la visita médica al domicilio, descuentos en farmacias, asistencia psicológica y nutricional. A dichos servicios van a poder la persona titular y el grupo familiar que incluye cónyuge e hijos que sean menores de 18 años y vivan en el mismo hogar de quien contrata el seguro.
En conclusión, el seguro se presenta como una herramienta de cobertura, asistencia, respaldo y cuidado para contar con una serie de herramientas administrativas, sociales y económicas frente a posibles accidentes, incapacidades o riesgo de muerte.