El dolor de rodilla es, luego del de espalda, la segunda causa más común de molestias crónicas en los adultos y tiene diferentes causantes. La novedad, sin embargo, es que en algunos casos se recomienda el movimiento antes que “la cama”.
Entre las causas más comunes del dolor de rodilla está la tendinitis, una inflamación de los tendones que puede agravarse con el sobrepeso, el desgarramiento del menisco –las piezas del cartílago que absorben el impacto de la articulación de la rodilla y que se desgasta con los años- y la artritis inflamatoria que es la inflamación articular causada por un sistema inmunitario hiperactivo.
Por supuesto que hay otras causas en las que el desgaste y el uso suelen ser uno de los factores y siempre la recomendación es consultar no solo a un traumatólogo sino a uno especializado en rodilla.
La osteorartritis también es una dolencia que impacta frecuentemente en la rodilla. Se trata de una de las formas de artritis más comunes y aparece cuando el cartílago protector que amortigua los extremos de los huesos de las articulaciones se desgasta con el tiempo. Si el cartílago se desgasta por completo, roza hueso con hueso. El riesgo de desarrollar esta afección aumenta con la edad.
En relación a esta enfermedad, se realizó una investigación para intentar discernir por qué algunos pacientes mostraban más dolor que otros lo que, claramente, impacta en la calidad de vida.
El estudio se realizó en Estados Unidos, en el Baylor College of Medicine en Houston, y mostró un cambio de paradigma según sus autores ya que es el movimiento, la caminata uno de los principales factores que atenúa el dolor de rodilla. Al contrario de la idea del reposo; más difundida entre quienes padecen dolor.
La investigación duró cuatro años y, durante ese lapso, analizaron a personas que tenían osteoartritis y manifestaban dolor frecuente y las que no. En este último grupo se encontraban quienes caminaban y hacían ejercicios moderados debido a que estos movimientos atenuaban el daño estructural y la rigidez de la rodilla.
Así los resultados mostraron que el movimiento constante puede ayudar a crear masa muscular así como fortalecer los ligamentos alrededor de las articulaciones que tienen osteoartritis.
De este modo, mientras la mayoría de los pacientes resolvía y resuelve la dolencia con antiinflamatorios, este estudio mostró que es tiene menos impacto para la salud general la caminata ya que el exceso de estos medicamentos pueden provocar gastritis o problemas renales entre otros.
Así, las molestias se pueden moderar con caminatas diarias que aportan flexibilidad a la rodilla al mismo tiempo que permite a las personas mantener la fuerza y salud en el resto de las articulaciones.
De este modo, según la investigación, el movimiento también sirve para morigerar y postergar la aparición de la artritis en caderas, manos y pies.
Este es otro beneficio demostrado de las caminatas que ya son recomendadas para mejorar la salud cardiovascular, el sobrepeso y el estado de ánimo; entre otras afecciones.
Es que la investigación apuntó, también, que caminar es una forma de prevenir la enfermedad. Es decir que quienes tienen antecedentes familiares con artritis, deberían comenzar con las caminatas rutinarias como un modo de retrasar la aparición de la enfermedad y los síntomas asociados.