La existencia de caries no depende únicamente de lo que las personas puedan hacer debido a factores genéticos o hereditarios en la formación de las mismas; sin embargo, la prevención comienza en los primeros años de vida.
Y aunque puedan parecer “pequeños” para algunas tareas, el hábito de cepillarse después de cada comida debe comenzar en la primera infancia. Así, los padres primero lavarán los dientes de sus hijos chicos hasta que ellos aprendan y puedan hacerlo por sí mismos.
Lo importante, es crear la costumbre de lavarse los dientes entre dos y cuatro veces por día.
La prevención, no obstante, comienza desde antes, ya que un causante de caries es la leche que los bebés suelen tomar antes de quedarse dormidos, con el correspondiente exceso de azúcar que queda en la boca durante toda la noche.
Además, en lo que a gaseosas azucaradas respecta, los especialistas recomiendan evitarlas. De lo contrario, buscar que los chicos no las consuman durante todo el día sino en una sola comida para poder lavarse los dientes luego de hacerlo.
Tanto con las gaseosas, jugos o alimentos con azúcar, otra recomendación es ofrecerles agua ya que la misma sirve para eliminar algunos restos de azúcar en la boca.
Otra acción importante para evitar caries o visitas al odontólogo durante la infancia es no “picar” entre comidas. Esto es porque la saliva es colabora en la eliminación de partículas de alimentos persistentes y se convierte, así, en un importante protector contra las caries.
La saliva remineraliza y fortalece el esmalte dental debido a que neutraliza la acidez de la boca gracias, entre otras cosas, al bicarbonato que contiene.
Este efecto de la saliva se pierde cada vez que se come o toma algo debido a que la misma tarda casi media hora en volver a adquirir los niveles de protección.
Por otro lado, y sin volverse tajante o fanático, cambiar a alternativas con menos azúcar no solo es una opción saludable para los dientes sino para la vida en general. Y aunque el agua es siempre la primera opción a tener en cuenta a la hora de hidratarse, una recomendación es sustituir bebidas y hasta algunas golosinas por las opciones sin azúcar.
En este punto, siempre es importante tener en cuenta la periodicidad del consumo y, si la misma es de más de tres veces por semana para bebidas o golosinas, cambiar a productos con menos azúcar en la mayoría de las ingestas es la opción más recomendada.
De todas maneras, la moderación siempre es el plan A debido a que, de todas maneras, las gaseosas contribuyen a la desmineralización de los dientes, aunque contengan edulcorantes.
Por último y, sin dejar de lado el chequeo anual o semestral con el especialista, masticar chicles sin azúcar puede servir para aumentar el escudo protector de la saliva. Esta actividad debe estar controlada por los padres y, de ser posible, elegir los que contienen una sustancia llamada xilitol; con efecto antimicrobiano.
Los niños no siempre pueden saber la diferencia entre uno y otro tipo de chicle pero, si están muy antojados de una golosina, ofrecer de vez en cuando un chicle sin azúcar puede ser una solución que mantendrá los “bichitos” de la boca relativamente lejos.