El estrés es un mecanismo conocido por la mayoría de los adultos occidentales que, aunque tiene un aspecto positivo, en general tiene un impacto negativo en las personas. Se trata de un mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve superada por las situaciones que le tocan vivir.
Según el doctor Daniel López Rossetti, esta sobrecarga o sobre exigencia que sienten muchas personas tiene que ver con lo que él denomina “pensamientos distorsionados”. Los define como una manera sesgada de observar la realidad; lo que genera una disminución en la calidad de vida.
Estos pensamientos llevan a la persona a reaccionar con el foco puesto en los aspectos negativos de la vida y con el consecuente incremento del estrés.
Este tipo de pensamientos llevan a vivir la vida desde la polaridad de lo bueno o lo malo al tiempo que se dejan de lado los matices y la infinidad de posibilidades que hay entre ambos extremos.
En especial, las personas que ante las contingencias de la vida tienen un sesgo apoyado en lo que está mal, lo que falta o en la dificultad; tendrán mayor tendencia a desarrollar estrés y ansiedad.
No hablamos aquí del estrés llamado positivo que sirve para responder o adaptarse a las exigencias y necesidades diarias de manera enérgica y eficaz sino de los lapsos temporales en los que esa adaptación es tan desgastante que la persona no alcanza a recuperarse.
Entre otros síntomas, quienes tienen el llamado estrés negativo tienden a estar más cansados sin motivo aparente o sufrir dolores de cabeza continuos. También sienten que están dentro de un espiral de preocupación o ansiedad casi constantes.
Las afecciones físicas, en tanto, pueden ser variadas y hasta confundirse con síntomas de diversas enfermedades por lo que es importante estar atentos a la propia vida emocional y consultar al médico ante cualquier duda.
Así, se puede sufrir de dolores estomacales, contracturas en cervicales y mandíbula, diarrea, insomnio o exceso de sueño; entre otros síntomas asociados al estrés.
Ampliar el sesgo
En la línea de los pensamientos distorsionados planteados por López Rosetti, los especialistas sugieren tener en cuenta que las demandas generadas por las situaciones que se viven son, en primer lugar, subjetivas y nada tienen de verdades absolutas.
Es decir que dependen de cómo la persona las viva o valore y ese sesgo es el que impactará en un mayor o menor estrés.
Y aunque es cierto que hay situaciones que requieren de una energía o esfuerzo más importante de nuestra parte, hay otras que no serían tan negativas si se lograra ampliar el sesgo y salir de la polaridad negativo-positivo.
Poner en valor la mayor cantidad de posibilidades dentro de una situación, parar un momento para analizar antes de reaccionar y reflexionar sobre los distintos caminos posibles son maneras de ampliar esa mirada.
En este sentido, siempre hay que tener en cuenta la importancia o necesidad de consultar con un profesional así como darse tiempo para conversar con alguien que ayude a sumar ópticas en relación al momento que se atraviesa.
Fuentes: Cuidate Plus e Infobae