Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), el cáncer es una de las causas principales de muerte en todo el mundo: casi 10 millones de fallecimientos en 2020. Específicamente, el cáncer de pulmón se encuentra en el primer lugar en cuanto a cantidad de fallecimientos tanto a nivel mundial (con 1,8 millones de defunciones en 2020) como en Argentina (con aproximadamente 10 mil defunciones en 2020). En relación a la incidencia, se registraron en Argentina 12.110 nuevos casos en 2020.
“El cáncer de pulmón no produce signos ni síntomas en los estadíos más tempranos, por lo que generalmente se comienza a tratar sólo cuando la enfermedad está avanzada. De hecho, la mayoría de los pacientes que la padecen se presentan para una evaluación diagnóstica debido a síntomas sospechosos de cáncer de pulmón o un hallazgo incidental en las imágenes del tórax”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, y agrega: “Los profesionales de la salud insistimos en que todas las personas se realicen sus chequeos anuales. De esta manera, se pueden detectar a tiempo esta y otras enfermedades”
El cáncer de pulmón es uno de los más frecuentes a nivel mundial, comienza en los pulmones y se puede diseminar a los ganglios linfáticos o a otros órganos del cuerpo. Asimismo, el cáncer originado en otros órganos se puede diseminar a los pulmones.
Este tipo de cáncer principalmente afecta a las personas de edad avanzada y tienen un riesgo mucho mayor las personas fumadoras. La mayoría de las personas diagnosticadas con esta enfermedad tienen entre 60 y 65 años; sin embargo, existe un número muy pequeño de personas diagnosticadas con menos de 45 años
Los signos y síntomas del cáncer de pulmón más frecuentes a tener en cuenta para luego acudir a una consulta médica:
● Dificultad respiratoria.
● Tos (incluyendo expectoración sanguinolenta).
● Pérdida de peso.
● Dolor torácico.
● Ronquera o hinchazón en el cuello y la cara.
Para cada paciente con sospecha de cáncer de pulmón, el objetivo general es un diagnóstico oportuno y una estadificación precisa para que se pueda administrar la terapia adecuada. Dicha estadificación la realiza el especialista de acuerdo con los resultados de los estudios —en la mayoría de las personas los estudios equivalen a datos clínicos y estudios radiológicos— y a las características del tumor en cuanto a tamaño, tipo, extensión local o a distancia.
En esta enfermedad hay cuatro tipos de estadíos y tipos
Por lo general se agrupan en dos tipos principales, de células pequeñas y de células no pequeñas (incluyendo adenocarcinoma y carcinoma de células escamosas). Estos tipos de cáncer crecen de manera distinta y requieren distintos tratamientos.
Las personas con cáncer de pulmón en estadío 1 o 2 generalmente se tratan primero con cirugía para extirpar el cáncer, en donde se puede extirpar una parte del pulmón o puede que precisen extirpar el órgano completo. Es posible que los pacientes en etapa 1 no requieran ningún otro tratamiento, sin embargo, las personas que se encuentran en etapa 2, generalmente necesitan más tratamientos después de la cirugía, como por ejemplo, radioterapia o quimioterapia.
También se puede tratar el cáncer de pulmón en etapa 3, dependiendo de dónde está el cáncer, qué tan grande es y qué tratamientos haya recibido. En estadio 4, lamentablemente no existe ningún tratamiento que cure definitivamente el cáncer de pulmón de células no pequeñas, aunque sí existen diferentes abordajes terapéuticos para reducir los síntomas y prolongar la vida manteniendo la buena calidad de la misma
Para la Dra. Valeria El Haj los cuidados paliativos pueden ayudar a vivir con más comodidad al paciente y se necesitan especialmente en los lugares donde una proporción elevada de los pacientes están en etapas avanzadas de la enfermedad y tienen pocas posibilidades de curación” y agrega: “en más del 90% de los enfermos que se encuentran en esas etapas, los cuidados paliativos permiten aliviar los problemas físicos, psicosociales y espirituales”
No existe una fórmula integral de prevenir el cáncer de pulmón, pero es posible disminuir los riesgos de manera sustancial si se contemplan los siguientes factores de riesgo:
● Humo de tabaco: es la principal causa de la mayoría de los casos de cáncer de pulmón. Las sustancias nocivas del humo tabáquico lesionan las células del pulmón. La exposición al humo del tabaco en el ambiente puede causar cáncer de pulmón también en personas que no fuman (fumadores pasivos).
● Contaminación del aire: este factor puede aumentar levemente el riesgo de cáncer de pulmón. El riesgo por contaminación del aire es mayor para los fumadores.
● Exposición a sustancias nocivas: las personas que trabajan en la industria de la construcción, química y minera pueden estar expuestas a gases radioactivos y sustancias que aumentan el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Este riesgo es aún mayor en quienes fuman.
● Antecedentes familiares: las personas con padre, madre, hermano o hermana que padecieron cáncer de pulmón, pueden tener un leve aumento en el riesgo, aunque no fumen.
● Antecedentes personales: quienes han tenido cáncer de pulmón tienen mayor riesgo de padecer un segundo tumor de pulmón.
Es importante que se respeten las indicaciones que brinda el médico sobre visitas y pruebas como así también contemplar todos los factores de riesgo que pueden potenciar al estadío de la enfermedad. “Evitar el tabaco y mantener los ambientes libres de humo son las principales medidas de prevención de este tipo de cáncer” concluye la profesional.
Fuente: OSPEDYC