Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo. Según el último reporte de la OMS producen alrededor de 15 millones anuales de defunciones. Y en las mujeres sique siendo la primera causa de muerte: una de cada tres muere cada año, seguido por causas oncológicas. En el último tiempo, la prevalencia de muerte súbita como primera manifestación de la enfermedad obstructiva coronaria en las mujeres ha aumentado.
Magalí Rubira es médica cardióloga y conversamos con ella para consultar por qué, desde la sociedad, aun no tenemos consideración sobre la importancia de la enfermedad cardiovascular en las mujeres.
“Una de cada tres mujeres muere por una enfermedad cardiovascular. Es la primera causa de muerte, pero en el infarto femenino se le suma síntomas diferentes al varón, que hacen que no lo tengamos en cuenta. Son muchas las consideraciones a la hora de valorar como se enferma la mujer, sin caer en la simple extrapolación de género que es lo que se viene haciendo desde hace años. Existe menos esfuerzo en la prevención, en el tratamiento y una menor percepción del riesgo por las propias mujeres, siendo el principal motivo de la falta de controles” destacó la especialista en diálogo con DiarioSalud
A los factores de riesgo ya conocidos por todos como hipertensión, diabetes, colesterol alto sedentarismo, tabaquismo, en las mujeres se le suma otros factores de riesgos que están asociados al sexo y al género.
“Hay factores de riesgo por los que las mujeres enferman que pueden ser diferentes tanto en la prevalencia como en el impacto y en el tratamiento. Pero hay factores específicos de géneros que son los emergentes y que ayudan a explicar diferencias en el perfil de riesgo entre hombres y mujeres, expresó Rubira.
-¿Es diferente el infarto en la mujer?
-El infarto agudo de miocardio si es diferente; en realidad tanto en hombres como mujeres el cuadro clínico es similar: dolor en el pecho -de inicio súbito y opresivo- y que frecuentemente se irradia a brazos y cuellos, acompañado de sudoración y vómitos. Sin embargo, en la mujer muchas veces predominan otros síntomas como la dificultad respiratoria, cansancio, palpitaciones, sensación de indigestión y esto hace que lleguen más tarde al hospital y reciben menos tratamiento de reperfusión o angioplastia (colocación de un stent). Además, las mujeres tienen mayor prevalencia de isquemia debido a enfermedad coronaria no obstructiva, a lo que denominamos MINOCA, debido a alteraciones en la microvasculatura coronaria, que implican un elevado riesgo de morbimortalidad cardiovascular, de no diagnosticarse y tratarse adecuadamente.
-¿Cuáles son los síntomas a tener en cuenta?
–La sintomatología, llamada atípica, junto con la menor percepción del riesgo por las propias mujeres, es el principal motivo del retraso y por lo tanto existe menos esfuerzo en la prevención y el tratamiento. Los factores de riesgo principales como la hipertensión se le suman otros ligados al género, entre ellos la depresión -que es un 25% más común en la mujer que en el hombre- el abuso y la violencia, que están asociadas a través de mecanismos indirectos debido al mayor abuso del consumo de alcohol, tabaquismo, drogas, menor autoestima y obesidad, a ser potenciadores de un mayor riesgo cardiometábolico. Todos estos fenómenos pueden enfermar a la mujer del corazón. Pero debemos tener en cuenta que la mayoría de estas enfermedades se pueden prevenir con educación, gestión de salud y cambios saludables en el estilo de vida.
Simposio Cuyano en Mendoza
Cada año se realiza el Simposio de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer, en Mendoza. Organizado por la Sociedad de Cardiología de Mendoza y la Federación Argentina de Cardiología, el objetivo del encuentro (que en este 2022 tendrá la decimocuarta edición) es visibilizar la información, conclusiones y progresos en la salud de la mujer. Las distinciones entre las diferentes etapas que la mujer transita ayudan a ganar oportunidades en la atención y prevención desde la cardiología y en otros ámbitos de la salud
“En cada Simposio -comentó Rubira- se trabaja en generar una definición más inclusiva, con la atención en los aspectos propios y específicos del sexo femenino que han sido poco estudiados y reconocidos por el personal de salud y por la sociedad en general”.
“Hemos logrado avanzar, pero aún falta tomar conciencia- tanto en la población como el personal de salud- que la primera causa de muerte en las mujeres son las enfermedades cardiovasculares. Hoy el enfoque individualizado se impone, para lograr un mejor diagnóstico y tratamiento en el sexo femenino. Debemos empoderar a nuestras mujeres en cada consulta médica, en los diferentes niveles de atención y especialidades, siendo una oportunidad para guiar hacia el reconocimiento de los factores de riesgo, gestionando enlaces simples de prevención y tratamiento en cada caso, unificando los esfuerzos como sociedad para disminuir las cifras que aún sigue dejando la enfermedad cardiovascular” finalizó la especialista.