Hacerse un examen oftalmológico es parte importante para mantenerse saludable.
Por un lado, con el transcurso del tiempo, el ojo va experimentando naturalmente modificaciones en su estructura y función. Por otro lado, existen enfermedades visuales que se desarrollan con el paso del tiempo. ¿Cómo prevenirlas y mantener una buena salud visual?
La importancia de la detección precoz
Dado que algunas enfermedades oculares —como las cataratas, la maculopatía, el glaucoma y la retinopatía diabética— son más frecuentes con el paso de los años, la detección precoz constituye el mejor sistema de prevención primaria. Los exámenes de agudeza visual, fondo de ojo y toma de presión intraocular, al menos una vez al año, están indicados como parte del examen médico de todos en general y de los adultos mayores en particular.
Somos y vemos lo que comemos
Ayuda a nuestra salud visual el llevar una dieta equilibrada (que incluya frutas cítricas, aceites vegetales, frutos secos, granos enteros, vegetales de hoja verde y pescados de agua fría), realizar ejercicio de manera regular y evitar el tabaquismo, todo lo cual, además, colabora en la prevención de otras enfermedades. El correcto control de enfermedades crónicas, como hipertensión o diabetes, también serán de gran importancia en este sentido.
Estrategias prácticas para el cuidado de nuestros ojos
A la hora de leer, evitemos forzar la vista evitando una mala iluminación o cambios bruscos de luz. También debemos establecer un balance entre la iluminación difusa (ambiente) y la localizada, dirigida hacia el texto y no hacia la cara de la persona.
Regule la temperatura ambiental para evitar el aumento de la sequedad ocular (ventiladores, aire acondicionado, calefacción), si sufre de ojo seco pídale a su médico oftalmólogo que le prescriba los lubricantes adecuados para su caso.
Cada cuánto cambiar los anteojos recetados
Si no siente dificultades bastará con un control anual. En caso de experimentar cambios, realice una consulta en forma inmediata. Los anteojos deteriorados, torcidos o rayados deben reemplazarse. Recuerde que el médico oftalmólogo es el único profesional capacitado para evaluar y prescribir los anteojos necesarios en cada caso.
La computadora y el celular
Quienes están muchas horas fijando la vista disminuyen su frecuencia de parpadeo. Procure tener la pantalla, al menos, a 45 cm de distancia. Intente hacer pausas y observar puntos distantes cada 30 minutos, cerrar los ojos durante algunos segundos para mantener reposo visual y usar los anteojos apropiados. La pantalla debe estar debajo del horizonte visual. Ésto permite que los párpados cubran mayor superficie del globo ocular y disminuya la exposición de la córnea. Así será menor la desecación de la película lagrimal que cubre la córnea y protege de los síntomas del ojo seco.
Adaptando el hogar
Si convivimos con una persona con problemas de baja visión, y sobre todo si se trata de un adulto mayor, es importante reparar en aspectos como mantener una iluminación uniforme en pasillos y escaleras, evitar reflejos directos de luz solar en los ambientes y no modificar muebles de lugar sin previo aviso. Las franjas antideslizantes y los colores llamativos en interruptores, perillas y botones también pueden facilitar el uso sin restringir la autonomía del adulto.
Se viene el verano, ¿anteojos de sol?
Con el paso del tiempo el pigmento disminuye y los ojos están más indefensos ante la luz. Al igual que en la piel, las radiaciones se acumulan, por lo que utilizar anteojos de sol con filtro ultravioleta en las horas de mayor radiación solar es la mejor prevención.
Recordemos que una buena visión equivale a una calidad de vida mejor para nosotros y nuestras familias.
Aportes:
Dra. Betty Giselle Arteaga – M.N. 112049 – M.P. 332301
Jefa Baja Visión, Servicio de Oftalmología. Profesora Departamento de Clínica Quirúrgica del Instituto Universitario. Hospital Italiano de Buenos Aires.